Juan Manuel Abal Medina encontró entre las dunas gesellinas de Mar Azul su lugar de desconexión. A tres horas y media de la intensidad porteña, construyó una casa moderna que mira al mar y allí descansa, juega con sus hijos, y come asados que hacen otros («Para qué lo voy a hacer yo si tengo amigos a los que le salen más ricos», ríe). Pasa mucho tiempo acostado en su hamaca paraguaya, donde lee dos libros a la vez: el best seller «El día que Nietzsche lloró», de Irvin D. Yalom, y «El camino de ida», de Ricardo Piglia, que sintetiza como «brillante».
Sin embargo, la charla con Infobae, que podría ser sobre la estrecha relación entre la lectura y la playa, o sobre si es mejor salir a correr por la playa de mañana o al atardecer, se orienta inevitablemente hacia la política. En una entrevista con el mar de fondo, el senador kirchnerista analiza los errores del gobierno actual y hace una dura autocrítica del peronismo.
Acusa a Cambiemos de hacer «noventismo» pero lo toma como ejemplo para plantear la renovación de su partido: Abal Medina no imagina un triunfo electoral sin un frente unido y consolidado con todos los referentes del movimiento en el mismo lodo: Cristina, Massa, Scioli, Randazzo y los sindicatos.
—¿Usted también percibe que hay menos gente en la Costa este verano?
—Sí. Y tiene que ver con el conjunto de políticas que está aplicando este gobierno, que lamentablemente está ocasionando lo que siempre dijimos que iba a pasar: menor consumo, menor desarrollo, caída de la industria, y eso se replica acá en la Costa.
—¿No es que la gente puede pagar un pasaje a 18 cuotas y se va a Brasil o a Chile a comprar televisores?
—No, este es un modelo que apunta el desarrollo hacia afuera. El FMI felicita a Argentina por el rumbo económico y al lado aparecen los datos del INDEC con 150 mil puestos de trabajo menos, caída de la industria, caída del consumo. La verdad que estamos preocupados por lo que está ocurriendo. Y lo de la costa refleja eso.
—¿El problema de este gobierno es su política económica?
—La mirada general de la economía, una mirada de un neoliberalismo demodé, noventista. Pero en aquel momento era para donde iba el mundo, ahora ni siquiera. Sufre de un noventismo tardío, fuera de época. Hoy el mundo no va para ese lado. Trump asumió en EEUU y más allá de todo lo nefasto que tiene en muchísimos sentidos, en términos económicos expresa que hasta la principal potencia del mundo busca cuidar sus fuentes de trabajo. La mirada económica de este gobierno es muy injusta en lo social, pero además es erróneo pensar que podés generar un desarrollo sin consumo. Cada país tiene que cuidar lo propio y nos preocupa que acá se tomen decisiones contrarias.
—¿Los cambios en las áreas de la economía responden a desconcierto o a cambio de rumbo?
—Creo que hay un error profundo con esa cuestión ideológica medio ingenua de que con implementar esas políticas basta. Pero desarmaron la autoridad económica. Son seis o siete ministerios distintos. Fueron desarmando, atomizando responsabilidad, con la idea errónea de que con eso empoderás. Pero eso genera problemas de conducción y cada vez mayor costo de coordinación.
—Como ex jefe de Gabinete, ¿qué integrantes de este Gabinete rescata? Ha elogiado a Carolina Stanley, de Desarrollo Social.
—Sí, ahora estamos teniendo problemas con la implementación de la Emergencia Social, pero la verdad que han demostrado en algunos planos una interesante voluntad de diálogo. Ahora hay luces amarillas pero la tarea de ella es una tarea interesante. Y después Cambiemos tiene espíritu de diálogo importante en las Cámaras. Se puede discutir y dialogar con varios de ellos.
—De aquello de intentar nombrar jueces por decreto al diálogo en las Cámaras, parece un avance importante institucionalmente.
—Hay una faz de ellos que los lleva al estilo de Macri, con decretos para el blanqueo de familiares, y esos disparates. Pero para tratar una ley se han dado cuenta que tienen que aceptar la mirada de los otros. Hay una doble naturaleza. Con la Emergencia Social, Macri dijo barbaridades pero terminó acordando. Con Ganancias, a Massa le dijo lo mismo y terminó acordando. Está el Macri ‘patrón’ y el Macri ‘político’.
—¿El contexto electoral de este año puede atentar contra ese consenso en las cámaras? ¿Cree que va a definir el Ejecutivo este año?
—No sería lo mejor que se gobierne con DNU porque no permite discutir productivamente. Es importante que si mandan temas den tiempo, que se puedan discutir y aprobar en buenos términos, con consenso y que sirva.
—Más allá del territorio, ¿es el Congreso el lugar que le queda al peronismo para imponer algunas de sus políticas?
—La tarea legislativa es muy importante pero no reemplaza a la gran política. Como peronistas creemos que el voto popular es el que define las cuestiones. Entonces no es que vamos a armar una especie de Grupo A como el de 2009 para bloquear todas las iniciativas del Ejecutivo en el Congreso. Sí estaremos como siempre del lado de los humildes y toda cuestión que quieran para reducir costo laboral y salarios saben que no cuentan con nosotros y que vamos a hacer todo lo posible para no permitirlo.
—¿Desempleo y baja de salarios puede ser uno de los temas de conflicto este año?
—Cuando se ponen el casete ellos hablan de productividad. Pero cuando se les escapa, hablan de bajar salarios. Y el peronismo y los movimientos sociales no lo vamos a permitir. Los despidos siguen existiendo. La responsabilidad del peronismo es generar una mayoría social que le gane al gobierno electoralmente para que el gobierno entienda que tiene que cambiar el rumbo.
—Ampliarse y no cerrarse.
—Desde el peronismo venimos hace tiempo planteando eso. Entre tantas cuestiones de autocrítica que podemos hacer una es que nos venimos cerrando en nosotros mismos. Yo me hago cargo, a partir del 54%, en vez de intentar sumar, nos fuimos cerrando. Se necesitan nuevas miradas, distintas. Y nadie tiene la varita mágica para decir esto sí y esto no.
—¿Habla con Cristina? ¿La ve como candidata o con un rol de conducción desde afuera?
-Hace tiempo que no hablo con ella. ¿Qué va a hacer? No lo sé, es algo que decide ella. Lo va a terminar definiendo sobre lo que mejor corresponda a la unidad, a sumar al conjunto y a ganar la elección. Nunca fue de tomar decisiones en lo personal. Pensará si su participación ayudará a que el peronismo se mantenga unido.
—¿Cree que si se presenta gana la elección?
—Creo que en el peronismo debería darse un proceso de apertura, de renovación, en el cual todos puedan competir, pero tenemos que trabajar en un espacio amplio para ver cómo reconstruimos esa mayoría, independientemente de los nombres. Tiene que estar ella, Urtubey, La Cámpora, pero hay que trabajar más y que estén Felipe Solá, los sindicatos y el mismo Sergio Massa. Como dijo Verónica Magario, ojalá Massa vuelva y se defina como opositor.
—¿Es factible una unidad con Massa?
—Puentes hay, hemos trabajado juntos la Emergencia laboral, Ganancias. Hay que pensar cómo generamos a futuro una nueva mayoría para superar al gobierno, para derrotarlo en términos democráticos y generar una alternativa para mejor. Con Massa tenemos que buscar las cosas que nos unen más allá del pasado. Tiene que ser el peronismo y más amplio, sectores que coincidan en la defensa del empleo, la industria, la economía.
—Desde la retórica kirchnerista a Massa se lo acusa de trabajar para el oficialismo.
—Porque él se ubica en un lugar extraño. Pero tenemos que tratar de que los que están en ese lugar vengan hacia nosotros y no a la inversa. Hay que generar mayorías.
—¿En ese camino entra Randazzo?
-Tienen que tener protagonismo Florencio, los intendentes, hay que dar un proceso de discusión en el que cada uno anteponga a los intereses individuales la generación de algo plural y que mire para adelante. Si no, vamos a perder la elección. Todos los gobiernos quieren oposiciones divididas. Tenemos que trabajar hasta el final para construir esa mayoría y que no gane Macri de vuelta. Que haya ganado Macri es culpa de nosotros.
—¿Le gustaría ver una interna con todos esos pesos pesados?
—No es necesario hablar de nombres, sí con todos esos espacios. Una gran primaria con la política que plantea Cristina, la que plantea Massa. Lo que hizo inteligentemente Cambiemos. Carrió decía barbaridades de Macri y se pudieron juntar. Nosotros tenemos que plantear grandes temas e ir por el mismo lado.
—¿Sigue siendo «cristinista»?
—Siempre me sentí peronista ‘K’, del peronismo popular que reivindica políticas de ampliación de derechos, pero a la inversa de otros compañeros, la mejor forma de reivindicar esos logros es reconociendo errores. De la otra forma es imposible tener credibilidad en la gente. Tuvimos problemas y también sabemos que ahora los problemas son peores.
—¿Qué errores reconoce?
—El compañero Juan Pedrini (diputado chaqueño) dice que hicimos todo para perder en la campaña y la militancia casi nos caga. Fuimos todos responsables de eso, sectores que lastimaron a Scioli y sectores de Scioli que estaban preocupados por ver qué Ministerio agarraban en lugar de hacerlo ganar. Es importante reconocer esos errores para no volver a equivocarnos.