La iniciativa por hacer renacer la tradicional fiesta de carnaval, hizo despertar la memoria de los mayores, quienes melancólicamente recuerdan las fiestas bandeñas donde participaba la familia a pleno.
En oportunidad de entrevistar a la profesora Lidia Grana de Manfredi, historiadora bandeña, esta narró parte de la tradición que hizo que esta celebración forme parte de la cultura de esta Cuna de Poetas y Cantores.
En referencia a los antecedentes de la antigüedad de los festejos en La Banda puntualizó «según el libro Llajtay del docente Cristóforo Juarez, allá por 1909 el carnaval despertaba en la población bandeña un inusitado entusiasmo el cual se reflejaba en prender cohetes, beber y jugar con serpentinas al ritmo de música y canto bajo parrales y algarrobales. En el primer domingo de carnaval,mozos y mozas bandeños a caballos se presentaban en el boulevard argentino, hoy avenida Besares, en el corso que se organizaba en esa arteria».
También destacó que las paisanas iban acompañando a los hombres, sentadas elegantemente sobre una montura especial no ahorcajadas sino al estilo español y después del corso visitaban las enramadas y trincheras vecinas acompañados de Sulkys y jardineras adornadas con colores brillantes.
«Los corsos en la década del 30 nucleaba a mucha gente no sólo de la ciudad, sino de la Capital y zonas cercanas. Se realizaban en dos horarios el de la tarde empezaba a las 18 y se prolongaba hasta las 20 , el de la noche se desarrollaba entre las 21 y las 0. Su recorrido era siempre el mismo partía de Alberdi y Besares y se extendía hasta la avenida «Belgrano» destacó la escritora.
Por otra parte comento que «La Municipalidad y una comisión pro-organizadora de los corsos se encargaba de engalanar la avenida con guirnaldas y luces multicolores, colgaba importantes mascarones grotescos y colocaba varios palcos que las familias decoraban con mantones y flores. Desde allí jugaban con serpentinas, papel picado, agua perfumadas, y pomos que eran de plomo especial».
«En ese escenario- continuó- desfilaban volantas, silkys, chatas tiradas a caballos, y hasta algún «Ford T» que eran escasos en La Banda. Esos carruajes transportaban a seductoras gitanas,vistosos pierrot y niñas disfrazadas de girasoles, margaritas, etc. Entre los participantes se tiraban flores y pequeños muñequitos»
Asimismo comentó que en la noche de entierro del carnaval se concedían premios a los palcos mejores vestidos, a los disfraces más originales, a las comparsas, a las murgas y a los vehículos con la gente más divertida. Se destacaron las carrozas integradas por Nuty Simón, familiares de Ciamades Herrera y los Tiberti.