El informe, que en este caso comprende desde julio 2016 hasta febrero, atribuye al gobierno del presidente Bashar Al Assad y a sus aliados ataques aéreos con bombas incendiarias, con gas cloro y bombas de racimo, así como de proseguir con la destrucción de infraestructuras civiles, como hospitales, escuelas y plantas de agua.
A su vez, la comisión acusó a los grupos armados que buscan derrocar a Al Assad desde marzo de 2011 de lanzar ataques contra civiles y como consecuencia «docenas» de ellos han resultado muertos o heridos de gravedad.
El equipo dirigido por el brasileño Paulo Sérgio Pinheiro acusó también, aunque sin nombrar a todos, a «países terceros» que apoyan de forma directa o indirecta a las partes enfrentadas en el conflicto sirio.
Damasco cuenta desde hace meses con el apoyo de las Fuerzas Aéreas rusas y con fuerzas terrestres -en su mayoría milicias iraníes, iraquíes, yemeníes y afganas- con las que «empezó tácticas brutales para forzar a los grupos armados a rendirse», dijo el informe de la comisión.
Turquía tiene soldados desplegados que luchan contra los yihadistas del grupo Estado Islámico (EI), y Estados Unidos, Arabia Saudita y Qatar, entre otros, financian y arman a varios grupos rebeldes.
El alto comisionado de la ONU para los derechos humanos, Zeid Ra’ad al Hussein, dijo no obstante que «de alguna manera el país entero es una sala de tortura» a raíz del «peor desastre causado por humanos desde la Segunda Guerra Mundial».
También acusó a la comunidad internacional de inacción y recordó que algunos países ejecutaron su derecho al veto una y otra vez en el Consejo de Seguridad de la ONU y frenaron el traslado del caso sirio a la Corte Penal Internacional (CPI).
Eso sí, calificó de paso «importante hacia adelante» la resolución adoptada en diciembre por la Asamblea General de la ONU que establece la creación de un mecanismo internacional, que debe poner en marcha su oficina y que trabajará junto con la comisión de Pinheiro para reunir y analizar pruebas y preparar dossier detallados de sospechosos para crear la base para procesos penales.
Algunas víctimas y activistas de derechos humanos denunciaron este martes ante la ONU las barbaridades y violaciones que han vivido de la mano del régimen sirio y de grupos terroristas, como detenciones en prisiones secretas, desapariciones forzosas y torturas.
Indicó que la filial siria de la red Al Qaeda, así como las fuerzas kurdas y el EI también tienen detenidos, en el primer caso son 1.600 y en el segundo 1.200.
Fuente: Telam
