El Dr. Héctor Superti, uno de los profesionales que integró uno de los paneles del Congreso de Derecho Procesal, hizo un análisis del sistema penal acusatorio que está vigente en buena parte de la Argentina y destacó la transparencia como una de las ventajas centrales que es percibida por la sociedad.
Para conocer su punto de vista sobre la metodología que ya está aplicándose en la provincia de Santiago del Estero, el profesor titular de la Cátedra de Derecho Procesal Penal en la Facultad de Derecho de la Universidad de Rosario, ofreció su punto de vista en una entrevista.
¿Cuáles son las fortalezas y debilidades que puede identificar en el sistema adversarial o acusatorio?
Vemos como característica muy positiva a la transparencia. Todas las audiencias son públicas y todos los trámites se realizan ahí, salvo pocas excepciones. Hay una gran visibilidad a través de esta transparencia del conflicto humano que hay detrás de cada causa. El tribunal es un lugar de resonancia del problema. Se dejó de lado esa imagen de juzgar papeles, que era el expediente, para juzgar conductas humanas que generan dolor, tanto para el imputado como para la víctima. No olvidemos que hay imputados inocentes. Es muy complejo, pero es un logro muy importante del sistema.
En este sentido, ¿cuáles son los logros más importantes?
Se ha logrado un marco posible de imparcialidad en el tribunal, ya sea porque no conoce la causa ni está influenciado con pre conceptos. Lo único que debe conocer es lo que pasa en la audiencia, y se garantizan mejor los derechos humanos. Los fiscales investigan, pero se supone que los jueces los controlan. El juez debe ser quien le fija los límites al Fiscal desde un lugar de imparcialidad.
Todo esto apunta a un mejor proceso penal. Pero enfrentamos la contrarreforma, porque hay una tendencia a volver a viejas prácticas. Y en segundo lugar, enfrentamos la etapa del mayor problema del proceso penal: el error. Nos damos cuenta de que se ha dedicado mucho tiempo a trabajar en la forma de producir las pruebas. Allí nace la información que va a recibir el tribunal. Si la información es buena, se supone que la respuesta será buena, y viceversa.
El terreno es muy importante en la producción de la prueba, que significa que los litigantes desarrollen destreza para aprovechar al máximo a través de un examen o un testigo. Pero a la vez deben existir reglas para evitar desbordes que se conviertan en algo negativo.
¿Qué rol cumple la capacitación?
Trabajamos mucho en cursos de litigación y en generar un derecho en la prueba en sistemas adversariales, tomando como referencia remota la Justicia de Estados Unidos.
A partir de lo que acaba de decir, ¿existen diferencias en cuanto a recursos técnicos y humanos entre EE.UU. y Argentina?
La diferencia pasa por las tradiciones y experiencias que han acumulado. Lo que para nosotros es moderno y reforma, para ellos es conservador porque hace años que lo vienen haciendo. Eso ha generado superar algunos preconceptos con estos temas. Hoy no es tan complejo realizar avances tecnológicos, ya sea por recursos propios o por cooperación internacional. Obviamente que lo tecnológico tiene mucho peso, pero para mí es muy importante la capacitación de los operadores. Si ellos saben trabajar, lo otro se consigue.
Por su parte, otra de las panelistas, la magistrada federal Dra. Ángela Ledesma, hizo una breve evaluación sobre la marcha de la implementación del sistema penal adversarial en Santiago del Estero.
“Creo que se está en un proceso fuerte de puesta en marcha y toda implementación trae incomodidades”, indicó, para agregar: “Creo que hasta lo que se puede ver está dando buenos resultados y hay que seguir trabajando en esto”.