La vigilia por el Día de la Independencia reunió a civiles y militares en el Regimiento de Granaderos a Caballo

0
399

Puntualmente a las 22 del lunes, los enormes portones del Regimiento de Granaderos a Caballo «General José de San Martín» se abrieron de par en parpara dar paso a centenares de ciudadanos ansiosos por formar parte de la tradicional ceremonia previa al día de la Independencia.

En la parte superior de la larga escalera que conduce al hall principal del regimiento, José María Protti, coronel de Caballería actualmente al mando de la más emblemática unidad del Ejercito Argentino, no salía de su asombro: «Siempre se llena de gente para esta fecha, pero lo de hoy es extraordinario». Es que en pocos minutos, pasillos y galerías del hogar de los granaderos se cubrió con una marea humana ávida de interactuar con los uniformados, quienes no daban abasto a responder preguntas al mismo tiempo que intentaban satisfacer los requerimientos fotográficos de los más chicos.

Recorriendo las reliquias que alberga el museo del regimiento, se mezclaban ciudadanos que venían de muy lejos con vecinos del barrio, ex granaderos, conscriptos nostálgicos y funcionarios públicos que, acompañados por sus familias, disfrutaban del paseo como el resto de los concurrentes.

Las ansias por escuchar a la Fanfarria Alto Perú entonar las más tradicionales marchas militares argentina hicieron que -rápido de reflejos- el jefe de ceremonial de la unidad militar alterara sutilmente el programa inicial, acelerando la entrada en acción de la banda del regimiento.

Es extraño por estos días ver a tanta gente y de tan variada edad emocionarse hasta las lágrimas al entonar junto a los granaderos «Aurora», la «Marcha de San Lorenzo» y también canciones como la famosa «Los 60 granaderos». «El Regimiento es así, tiene esa magia, en la puerta de este cuartel quedan las grietas, las diferencias y los resquemores. Quien la traspasa lo hace envuelto mágicamente por la bandera nacional y el espíritu libertario del Gran Capitán», señaló a Infobae un joven cabo del regimiento.

Elisabet es una capitán veterinaria que forma parte de la plana mayor de la unidad. Con cuatro años de destino sobre sus hombros, sostiene que aún la conmueve escuchar a la fanfarria tocar, que la emociona salir a la calle con el regimiento. Con total naturalidad detalló que su jornada arranca cada día a las 4, momento en el que arranca la atención a la caballada. En este momento, solo en las caballerizas del regimiento, se alojan 180 caballos.

La respuesta a la pregunta «¿qué espera usted en este 9 de julio?» se repitió entre muchas de las personas consultadas por Infobae: «Que podamos estar más unidos, que el país salga adelante y que finalmente Argentina alcance el destino que merece».

Algunos lamentaron que se contara con la presencia de más funcionarios políticos en especial de la oposición, ya que los granaderos fueron, son y serán la custodia presidencial, sea cual fuere el resultado de los próximos comicios.

Tanto Graciela Villata, secretaria de Presupuesto del Ministerio de Defensa, como el propio ministro Oscar Aguad, sostuvieron enfáticamente que este tipo de celebraciones cívico militares son beneficiosas, dado que marcan la definitiva unión entre todos los sectores de la sociedad.

El teniente general Claudio Pascualini, por su parte, juzgó como óptima la oportunidad para celebrar la independencia en forma conjunta con la sociedad de la que se nutre y con la que interactúa el Ejército Argentino. En cuanto al desfile, lo consideró «una fuente de retroalimentación de la integración cívico militar».

Por su lado, Protti, Jefe del Regimiento, hizo hincapié en la satisfacción que le causa ver el cariño que la gente les demuestra a sus granaderos. «Alguna vez fuimos capaces de hacer algo grande, hubo una generación fundadora de nuestro país que pensó en grande. Hubo tiempos en los que sin preguntar de dónde se venía ni cuánto se tenía, todos se encolumnaron tras un mismo sentimiento de libertad».

Luego de dos horas a punto sentimiento patrio, a las 00:00 del 9 de julio, las estrofas del Himno Nacional Argentino inundaron el enorme predio de la Avenida Luis María Campos al 500. Sobre el final, generales y soldados, funcionarios y ciudadanos de a pie, señores y señoras entrados en años y chicos en edad escolar, brindaron a los muchos vecinos que presenciaban el acto desde sus balcones, el marco digno a la jornada que daba inicio. Una sola voz, un solo grito, dos únicas palabras: «¡Viva la Patria!».

Dejar respuesta

Please enter your comment!
Please enter your name here