«Marte es un planeta lejano, pero está a nuestro alcance», dijo Diego Urbina -ítalo colombiano-, uno de los tripulantes de la estática nave en la que se internó junto con tres rusos, un chino y un europeo.
El proyecto Mars 500 inició su etapa crucial el 6 de junio de 2010, cuando los astronautas ingresaron dentro del simulador de la Agencia Espacial Europea (ESA por sus siglas en inglés). Allí reprodujeron las condiciones que debería soportar un grupo de viajeros a lo largo de la aventura que desvela a los amantes del espacio desde hace siglos: llegar al planeta rojo.
La verdad es que el experimento aun no ha concluido. Recién después de tres jornadas de revisión médica, los viajeros -a quienes se vio notablemente pálidos- podrán dar una conferencia de prensa para expresar lo que vivieron durante más de un año y medio totalmente aislados.
Según la ESA, su estado de salud es bueno. Los primeros contactos los tuvieron con sus familiares, con quienes sólo podían intercambiar correo por vía electrónica o dialogar por teléfono.
Durante medio millar de días realizaron unos 100 ensayos, aunque lo mejor, según las cabezas de Mars 500, es haber demostrado la fortaleza psicológica para mantenerse enfocados en sus tareas.
«Gracias por su increíble esfuerzo», dijo el director general de ESA Jean-Jacques Dordain, quien les envió sus saludos desde París. «Valoro mucho el coraje, determinación y generosidad de estos jóvenes, que han entregado dos años de sus vidas para este proyecto y para el progreso de las exploraciones humanas en el espacio», reconoció.
Además del mencionado Urbina, integraron el equipo Romain Charles, de Francia; Sukhrob Rustamovich Kamolov, Alexey Sergevich Sitev y Alexandr Egorovich Smoleevskiy de Rusia; y Yue Wang de China.
Fuente: Infobae