Marcos Peña reveló la futura agenda del Gobierno, apoyó a los empresarios y pronosticó el fin del kirchnerismo

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En el siglo XXI, la aceptación de un orador y su discurso ya no se reconoce en la repetición de aplausos, sino en la cantidad de celulares activos por mesa de invitados. En el Coloquio de IDEA, cada mesa tenía un promedio de 10 asistentes, que permanecieron casi inmóviles cuando Marcos Peña inició la ceremonia de contestar las ajustadas preguntas de Carlos Pagni. En los cuarenta minutos de duelo intelectual entre el jefe de Gabinete y el periodista, los celulares reposaron y la información clasificada fluyó sin competir contra mensajes de Whatsapp, tuits, selfies y mails. Peña calificó al kirchnerismo como la reivindicación del «apocalipsis», adelantó una reforma laboral vinculada al «empleo formal de calidad» y valoró al empresariado como «un factor central de la economía».

La Casa Rosada hizo una puesta en el Coloquio de IDEA, pensando en las elecciones del próximo 22 de octubre. María Eugenia Vidal, Marcos Peña, Horacio Rodríguez Larreta y el propio Mauricio Macri participarán de este evento de empresarios que siempre fue menospreciado por Néstor y Cristina Kirchner. Es la mesa chica de Cambiemos, y no es casualidad que los cuatro -en distintos días- ocupen el centro del escenario del principal evento anual vinculado a la economía y las finanzas.

Pagni conoce cómo piensa Peña y le propuso que revele cómo Balcarce 50 utiliza las nuevas tecnologías para conocer las necesidades y las opiniones del electorado nacional. El Gobierno considera a los celulares, al concepto de Big Data y a los algoritmos sus herramientas claves para ganar los comicios, y Peña desplegó ante la audiencia un explicación acotada y sencilla de un mecanismo de poder que domina como un nativo de Silicon Valley.

«Acá está ocurriendo algo distinto. En el siglo XX, la representación se basaba en la lógica vertical de arriba para abajo. La oferta ordenaba la demanda, en términos más de mercado. Era todo más estático, era todo más rígido. Y hoy vivimos una demanda de la ciudadanía que no quiere una delegación pura, sino que quiere una conversación. Esa demanda nos dice: ‘teneme en cuenta, no voy a hacerte un cheque en blanco'», explicó Peña al auditorio que ni se atrevía a tocar sus celulares.

-Por qué no contás el método. Todo lo que hacen ustedes para indagar las expectativas y las ideas de la gente –instó Pagni.

-La comunicación no puede ser un proceso exógeno, externo al proceso político. Nosotros comprendemos la comunicación como una tarea simbolizada en un timbreo, que es más para alguno de nosotros, un trabajo de calibración que nos indique adonde estamos en un nuestro rol de servicio de la sociedad, de entender que ellos son los jefes. A partir de allí, entendés que toda herramienta comunicacional, centralmente redes sociales, te generan la posibilidad de amplificar esa conversación individual en forma masiva. Creo que esa adaptación en este momento al celular, que hoy es la herramienta más fuerte, le ha dado un poder a cada ciudadano muy distinto a lo que tenía antes, que rompe para siempre las estructuras verticales del poder. Centralmente se basa en la innovación de darle la palabra a la gente.

-Me gustaría que nos cuentes cómo estás viendo la escena política.

-La raíz de lo que queremos hacer pasa por ser la primera oferta política aspiracional. Tenemos una obsesión de construir el hoy, para adelante. Una obsesión por reemplazar ese miedo, por un empoderamiento que nos permita decir que somos mejores respecto a la vida que llevamos. Por otro lado, hay un kirchnerismo que sigue planteando el apocalipsis, porque si no, no vuelve al poder. Este es un debate para toda la clase dirigente en la Argentina.

A continuación, Pagni le planteó a Peña cómo van a enfrentar los niveles de pobreza del país, en un escenario de mayor poder del Gobierno si se confirmaran los últimos sondeos electorales. Aquí, en IDEA, las encuestas aparecen en cada mesa de café, y en todas Cristina Fernández aparece derrotada por Esteban Bullrich.

«Si en la Argentina pudiéramos aislar una sola variable, una sola razón que explica nuestros fracasos, tiene que ver con la cultura del poder. Es esta cultura que celebra la avivada, que es incapaz de construir instituciones, que piensa que es un derecho que se pueda apropiar. (…) Por eso, tenemos que tener un acuerdo estructural que nos permita entender que el empleo formal de calidad es la vía por la cual tenemos que ordenar a nuestra sociedad. Y ese empleo formal de calidad, a mediano plazo, tiene que ser competitivo globalmente. Cualquier otra cosa, no es sustentable», argumentó el jefe de Gabinete.

En este escenario, Peña avanzó sobre la estructura clientelar que identifica al peronismo desde 1945. «Nosotros estamos inyectando autoestima. Le estamos diciendo a la gente que ellos son los poderosos, y no los runflas estos que los están obligando a votar a cambio de una prebenda», sintetizó el jefe de campaña electoral de Cambiemos.

-¿Cómo pensás los próximos doce meses o los próximos dos años, en torno a esta agenda?

-Por primera vez en la historia, podemos salir del populismo sin crisis, a partir de lo que hicimos en estos meses de gobierno. Nuestro gran desafío ahora es entrar en la discusión estructural que lo definimos en esta idea de que Argentina sea global, que quiera ser contemporánea y protagonista. Entendiendo que el pensamiento económico que predomina en nuestro país es obsoleto, es antiguo y muchas veces perverso para el interés de una Argentina que necesita crecer. El crecimiento nos permite que esos costos se puedan ir acomodando en el camino. Y no hay una reforma que te genere el crecimiento. La cultura de los acuerdos sectoriales es un reconocimiento de que todos tienen que ser parte de la conversación: sindicatos, empresas, gobierno, nos sentamos en una mesa, listamos los problemas y los empezamos a solucionar.

-¿Qué expectativa tienen ustedes respecto a los empresarios en este proceso?

-Valoramos al empresariado como actor central de nuestro desarrollo económico. Nosotros queremos generar bienestar a través del empleo privado de calidad, y necesitamos para eso empresarios que se sientan reconocidos y apoyados por el Estado.

Peña es el principal estratega político de Macri, y en su coloquio en IDEA reveló las líneas directrices de los futuros dos años de la agenda presidencial. Confirmó que habrá una reforma laboral acompañada por una reducción de costos, reveló que potenciará los acuerdos políticos con el peronismo que superará la crisis histórica del kirchnerismo, ratificó la apertura de las importaciones de bienes de capital para mejorar la maquinaria de producción nacional y avanzó en la descripción de un mecanismo de poder que se asienta en las nuevas tecnologías.

Le faltó al jefe de Gabinete confirmar que Macri va por su segundo mandato, un secreto a voces en la intimidad de la quinta de Olivos. Pero aún hay tiempo para obtener esa información, que será clave después de los comicios del próximo 22 de octubre: el Presidente cierra el coloquio de IDEA, y la pregunta aparecerá sin ninguna duda. Los empresarios quieren saber si su futuro se puede atar a la vocación de poder de Macri. Ya presumen qué hará Cristina, que piensa aterrizar en Mar del Plata cuando menos se la espera.

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