María Valenzuela: «Mujer fuerte es la que cae y puede levantarse»

Mariquita

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Actriz de teatro, cine y televisión, María del Carmen Valenzuela es dueña de una extensa y prestigiosa carrera que formó con años de esfuerzo y dedicación. Oriunda del barrio porteño de Villa Luro, la ex “Mariquita”, con tan sólo 7 años, debutó en el programa de televisión “Jacinta Pichimahuida”. Esa fue la punta de lanza que la ayudó a despegar, y nada la detuvo desde entonces.

Pese a un currículum tan completo y satisfactorio, la actriz sufrió duras pérdidas personales y épocas laborales complicadas que la llevaron a una fuerte depresión, motivo por el cual padeció en 2016 un cuadro serio de anorexia, y estuvo internada durante un tiempo.

A corazón abierto y sin tapujos, María contó en charla íntima con DiarioShow.com cómo logró salir de esa tristeza que casi termina con su salud: “Me ayudaron mis hijos, amigos y el público que me banca desde siempre. Igual no se curan esas caídas de un día para el otro, tengo momentos buenos y malos. Lo importante es que nunca me soltaron la mano y todos ellos me hacen seguir adelante”, explicó.

Cabe recordar que Valenzuela pasó varios meses en un neuropsiquiátrico y llegó a pesar 39 kilos. La causa que la llevó a tocar fondo fue la dura pérdida de su mejor amigo, Gaspar Mulet. Luego de enterarse de la noticia, se encerró en su casa y pasó más de 10 días sin comer. Si bien logró salir adelante no le fue fácil, dado que en su historial lleva la muerte de su ex marido, Juan Carlos “Pichuqui” Mendizábal y un aneurisma sufrido por su hija Malena que cambió la vida de ambas para siempre.

Pese a esa seguidilla desafortunada, la actriz logró encontrar en sus creencias, su trabajo y sus afectos, un soporte que la respalda. “Una mujer fuerte es aquella que puede caerse y volverse a levantar para ir más allá de los obstáculos y la adversidad. Es un gran logro”, opinó con alegría y satisfacción.

Modelo de fortaleza para muchos, Valenzuela reveló qué hace cuando siente que tambalea: “Me repito la frase ‘esto también pasará’ y continúo. Soy optimista y trato de pensar en que lo bueno va a llegar. Creo que el amor, la paz y los amigos nos salvan y estoy convencida de que hay un poder superior que existe y nos ayuda”.

Muy cálida, la actriz abrió las puertas de su privacidad y contó qué hace cuando no trabaja de lo suyo: “Pinto mandalas, es muy creativo. Me entrena la prolijidad y la concentración y me da mucha felicidad verlas terminadas, porque las enmarco y las firmo autografiadas y se las doy a quien me lo pida. Es una actividad que me calma”, confesó y agregó: “Lo que más amo de estar en mi casa es estar con mis hijos, tomarme un café y charlar. Algo que me divierte es jugar en Facebook a Super City y ver muchas series en Netflix, porque de televisión abierta veo muy poco, me duele mucho que haya poca ficción”.

Sin embargo, la pasión más grande que la impulsa es ser artista. “Es fuerte ser artista por que trabajamos con nuestros sentimientos, además de la técnica, y tenemos la responsabilidad de poder resolver los inconvenientes que surjan arriba de un escenario. Pero recibir el amor y el cariño de la gente es muy especial”.

La risa, remedio infalible

Gran parte de su recuperación tuvo que ver con volver al teatro, con “Menopausia show”, en el teatro Picadilly junto a Silvia Kutika y Claribel Medina, entre otras figuras.

“La estamos haciendo hace un año y medio. Nos está yendo muy bien. Estuvimos en Buenos Aires, Mar del Plata y ahora volvimos a hacer gira nacional. El recibimiento cálido del público lo siento como una bienvenida a mi vuelta a las tablas después de haberla pasado mal. La gente agradece que este trabajando de nuevo, jugando y divirtiéndome, como antes”, afirmó y agregó: “A futuro puede haber posibilidades de hacer temporada en Carlos Paz pero no está confirmado aún”, contó.

Luego de cimentar su carrera sobre las bases de la televisión, la artista fue consultada ante la posibilidad de un regreso a la pantalla: “No tengo muchas ganas de volver a la televisión, se van muchas horas diarias de trabajo y perdés mucho tiempo de tu vida privada, la libertad para pedirte un médico, tener un día de ocio y demás cuestiones. De todas formas si hubiera una buena propuesta con un lindo personaje, no me negaría, porque la televisión es mi cuna, yo nací ahí”.

Con muchas ficciones en su haber, María Valenzuela ya está entrenada en el oficio y siempre fue muy correcta a la hora de encarar sus proyectos laborales. Por este motivo, no renegó de este perfil que la caracteriza y explicó: “Soy muy exigente y eso lleva a mucho estrés. Me hace estar encima todo el tiempo de lo que hago y trabajo, soy muy tenaz y responsable. Me gusta que todo salga bien, o lo mejor posible”.

Focalizada en sus proyectos relató que esta bien sola, y que no se avistan amores cercanos. “Estoy sola. Ya estoy un poco grande y tengo muchas manías de la edad. Amo mucho mi libertad, no me gusta que nadie dependa de mí ni yo depender de nadie. Estoy muy bien así, aunque puede ser que se de, y no estoy negada a eso».

Acoso sexual en la farándula

El ambiente artístico se convirtió en una usina de opinión y debate que refleja las inquietudes de parte de la sociedad. Abuso sexual, psicológico, violencia de género… las mujeres alzaron la bandera de sus derechos para decir “basta”. Las recurrentes denuncias que se vieron en los últimos meses en los medios de comunicación sorprendieron y movilizaron a la comunidad femenina. Frente a este panorama, Valenzuela dio su punto de vista: “La lucha feminista por acosos y excesos funciona. No sirve más callarse la boca como se hacía antes, ahora denunciar es un derecho y cambió mucho a la sociedad en todo el mundo, si no reclamamos, no obtenemos nada”.

En el mundo del espectáculo, quien desató la polémica fue la modelo y actriz Calu Rivero, al denunciar a Juan Darthés por episodios de abusos que padeció en grabaciones de la tira “Dulce amor”.

Valenzuela, vivió de cerca el conflicto dado que fue su colega en la ficción y lanzó una picante confesión: “Lo que estaba transitando Calu, yo lo sé desde mucho antes que lo haga público, porque ella venía a mi camarín para contarme lo mal que se sentía y lo tenso que estaba todo”.

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