Martín Bossi: «Me encantaría tener un hijo, pero aún no es el momento»

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La rutina de preparación para cada uno de los personajes que realiza en su efectiva creación “Bossi Master Show” es, lisa y llanamente, titánica. El hombre logra generar un vínculo con el espejo que contiene muchísimas horas para así lograr, desde lo físico, lo estético, la aproximación ideal que necesita para sus criaturas que asomarán luego en el escenario. A esto se le suma el ensayo pre-función, una manera de aceitar ese mecanismo de piezas de relojeria, puntual, exacto y de extraña perfección.

En la antesala de una de sus presentaciones, Martín Bossi charló con DiarioShow.com.

Como una manera (salvando las distancias) de emular aquel enorme acontecimiento de taquilla que el histórico Luis Sandrini plasmó con ese gran espectáculo que fue “Cuando los duendes cazan perdices”, en esa misma y emblemática sala del teatro Astral, ahora Bossi acaba de cumplir 8 años de permanencia en ese ámbito y con el dato de haber convocado dos millones de espectadores . Sin embargo, el actor afirma una y otra vez que “todo esto me agarra muy estacionado sobre la tierra. En esta actividad, siempre hay que tener la claridad de mente de no creerse absolutamente nada con el exito, tampoco con la fama y la popularidad. Todo es efímero. Y como decía el gran Fidel Pintos: ´Hoy comés faisán y mañana las plumas´”.

En cuanto a la realidad de los días puntuales que le toca vivir, confesó que “No tengo dudas que me encuentro en el mejor momento de mi vida. Es plena desde la experiencia artística y mi mundo de relaciones”.

Un chico de barrio

Paradoja del destino, Martín encuentra su identidad en aquellas cosas que han marcado muy fuerte su corazón: la familia, los padres, los abuelos, las tías; Lómas de Zamora, el entrañable barrio de puertas abiertas, los barriletes, el yo-yo, la cancha de Los Andes, el olor a maní quemado de los sábados a la tarde, el cine. Y ha hecho raíces profundas de las que no se desprende nunca.

En función de ese pasado, le pedimos su visión, desde el hecho humano, de los tiempos modernos que operan en su vida. Bossi analizó con estos conceptos: “Estamos ya insertados en la era de la postmodernidad y no es precisamente lo que había soñado. Esta era de soportes inimaginados, internet, celulares que contienen a la biblioteca de Babel (cuento de Jorge Luis Borges acerca de una biblioteca infinita a la vista humana), con plataformas para el amor y relaciones de amistad, sexo mediante, me genera escozor. Que le demos tan poca importancia al tiempo real de los vínculos humanos y que estemos conectados a un aparatito de manera permanente, insisto, es algo que excede mi comprensión”.

Cabe recordar que hace algunos años protagonizó una comedia romántica que abordaba estos tópicos, “El amor en tiempos de selfies”. Las crisis sociales, las corridas cambiarias, la tablita, la desocupación, son episodios ya conocidos por los argentinos. “Mis abuelos ya vivían en la polémica de Perón o Balbín y más hacia acá de alfonsinismo o antialfonsinismo. Volvemos a tropezar, imprevistamente, con la misma situación. Por un lado, se han generado valiosos avances en tópicos como el divorcio, la libertad sexual, el matrimonio igualitario, sin embargo, en otros caminos, que encierran problemáticas de índole social, salud y pobreza, hemos involucionado”.

El misterio de su mundo privado

Sabe que muchos encuentran “sospechosa” esa afición por no revelar nada de su vida personal. Él explica: “Amo mi casa y esas paredes que me separan del resto de mi actividad laboral y, en consecuencia, disfruto también de estar en soledad”.

“El teatro es mi templo, parte importantísima de mi vida que elegí para compartir, en tanto, en mi casa anida mi familia, mis seres queridos y mis amigos. Es un cable a tierra y es también el cierre de la exposición”.

Martín admitió, más adelante, que “no tengo dudas de que para mí es fundamental darle ese rigor de intimidad a las cosas cotidianas. Cada uno tiene el derecho de presentar su vida como mejor le parezca; yo elegí preservar las cosas íntimas, no hay nada que esconder pero es un estilo que yo adopté y que me hace sentir plenamente cómodo. Si me enamoro de una chica… ¿por qué tengo que mostrarla y exponerla?”, se preguntó.

Cuando lo consultamos si figura en ese marco de probabilidad a corto plazo formar una familia, Bossi respondió sin dudas: “Por supuesto. Vengo de un marco familiar muy fuerte y como descendiente de tanos, me encanta la idea de ese proyecto. Me encantaría tener un hijo y estoy seguro de que me volvería loco de alegría, pero todas las instancias de la vida dependen de momentos precisos que deben ser meditados”.

Su participación en “El Host”, la megaproducción de Fox que capitanea Adrián Suar con un importante elenco es para el intérprete uno de los grandes desafios artísticos de esta temporada. “Le agradezco mucho a Adrián (Suar) el hecho de que me haya convocado para esta producción. Una de las aristas más atractivas de este emprendimiento actoral es que no corporizo ningún personaje de los que estoy acostumbrado a desarrollar. Me muestro como un asesor artístico de primera mano para ese lugar y tengo la gran alegría de recorrer el complejo camino de la comedia brillante en los tiempos actuales siguiendo, en alguna medida, la dinámica de aquellos grandes referentes del género que nos marcaron de por vida como el inolvidable Osvaldo Miranda y Ernesto Bianco. Más allá de los resultados, trato de hacerlo con mucho entusiasmo, sensibilidad y buen gusto”.

A partir del rodaje de “Viudas”, en el que Graciela Borges y Martín Bossi desarrollaron importantes personajes, se generó entre ambos una amistad que, en su momento, fue motivo de varios comentarios del periodismo de espectáculos. Así dadas las cosas, existió una química impensada, que luego fue in crescendo y que mostró, en alguna medida, la plena identificación personal como así también laboral de Graciela con Martín.

En tanto, la estrella de los filmes de Raúl de la Torre tuvo palabras muy elogiosas sobre la actitud profesional de Bossi como así también en relación al costado humano del artista. “Es un ser muy noble que tiene una búsqueda de permanente progreso en cada uno de los emprendimientos profesionales que encara”.

Cabe recordar que Graciela, en la película dirigida por Marcos Carnevale, personificaba a Elena, una valiosa realizadora de documentales que, en determinado momento de su vida, se entera de que su esposo tiene una amante llamada Adela, mucho menor que ella, rol a cargo de Valeria Bertuccelli. Adela, por otra parte, tiene un vínculo muy particular con Justina, su empleada doméstica travesti, personaje plasmado con mucha eficacia por Martin Bossi en una labor de composición por la que recibió un amplio reconocimiento del público y la crítica especializada.

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