El ex secretario privado de Cristina Kirchner, Fabián Gutiérrez, es buscado intensamente por la policía santacruceña en la localidad de El Calafate. Según trascendió, el hombre fue visto por última vez ayer, jueves, y esta tarde su billetera habría sido hallada por efectivos de la fuerza de seguridad.
Según detallaron a Infobae, la camioneta de Gutiérrez fue encontrada con un vidrio roto y su campera, también con manchas de sangre, estaba en el vehículo, al igual que las llaves de su casa. En tanto, durante el operativo encontraron el celular de Gutiérrez en el terreno de una casa desocupada y cuando revisaron el domicilio del ex secretario de los Kirchner, el lugar estaba revuelto. El portal Opi Santa Cruz además reveló que la búsqueda comenzó luego de que sus allegados cruzaran información y confirmaran que no estaba claro cuál era su paradero.
El ex secretario del matrimonio Kirchner fue procesado en noviembre pasado, sin prisión preventiva por lavado de dinero agravado, a raíz de varias operaciones sospechosas vinculadas con maniobras de recaudación ilegal de la causa de los “cuadernos” del chofer Oscar Centeno.
“Parte del dinero proveniente de los ilícitos perpetrados por aquella asociación ilícita, fue recibido por Héctor Daniel Muñoz y Víctor Fabián Gutiérrez, y luego fue puesto en circulación en el mercado con el fin de aparentar un origen lícito”, consideró el juez federal Claudio Bonadio. “El vínculo con dicha asociación excede la de un mero secretario privado”, tal como era Gutiérrez, “pudiendo afirmarse en base a indicios objetivos que habría recibido dinero de dicha banda y luego lo puso en circulación en el mercado, intentando darle una apariencia lícita”, señaló el juez en su fallo.
En la declaración de octubre pasado ante el juez Bonadio y el fiscal Carlos Stornelli, el ex secretario reveló que a Cristina Kirchner la llamaban “la loca” o la “yegua” porque “nadie quería trabajar con ella”. Contó cuánto dinero gastaba en compras cuando se iba de viaje oficiales, cómo terminó renunciando porque la ex Presidenta lo increpó por haber ido al baño y por qué el ex ministro de Planificación Julio De Vido “la odiaba”. También detalló cómo eran las reuniones de la recaudación al final de cada día, en donde los ex funcionarios llegaban con sus bolsos o mochilas para entregarlos a Néstor Kirchner. Y reflotó las sospechas de las bóvedas que había en las casas del entonces matrimonio presidencial.
Los detalles de la declaración que convirtió a Gutiérrez en imputado-colaborador y le permitió ser excarcelado:
Su llegada a los Kirchner fue gracias a su abuela: “Mi abuela era un cuadro dentro del Partido Justicialista. A raíz de esto es que Néstor Kirchner me lleva a militar. Y luego a trabajar en la gobernación. Con la campaña presidencial del 2003 paso a trabajar en la casa de Santa Cruz en Buenos Aires con Valerio Martínez, Daniel Muñoz y Miriam Quiroga. Trabajábamos para la campaña. Una vez ganadas las elecciones, pasé a desempeñar el cargo de secretario adjunto al presidente”.
Cambio de planes: “A una semana de la asunción presidencial, Kirchner me convocó a su despacho y me dice que mi tarea concreta sería el acompañamiento de la primera dama y senadora nacional Cristina Fernández de Kirchner en todo momento. Yo no recibí muy gustoso esa tarea dado el carácter fuerte que tenía Cristina. Nadie quería trabajar con ella. Entre los secretarios la apodábamos ‘la loca’, ‘la yegua’ y otro término que no quiero mencionar por razones de género”.
Bolsos vs. Mochilas: “Recuerdo que a veces cuando ella salía del Senado nos dirigíamos a la Casa Rosada. Ella como primera dama tenía despacho ubicado cerca de Néstor. En esas ocasiones, que eran por la noche alrededor de las 21:30, yo podía observar que José López y (Ricardo) Jaime iban a verlo a Kirchner. José López con más frecuencia y llevando bolsos. Respecto de Jaime era frecuente verlo con una mochila. Siempre usaba mochila”.
Los visitantes: “Julio De Vido frecuentaba la Casa Rosada a eso de las 19. López tenía una relación más cercana con Néstor Kirchner. Es más, no pasaba por De Vido. Una vez que se hubiesen reunido Kirchner, López, Jaime y De Vido indistintamente, con lo que traían estas personas se retiraba Muñoz por tierra. Aclaro que a De Vido nunca lo vi traer nada porque venía más temprano. Solo después de esos encuentros nos íbamos con la doctora Kirchner, Néstor Kirchner y (el ex secretario Legal y Técnico de la Presidencia, Carlos) Zannini en helicóptero generalmente a Olivos”.
Sin ver, era dinero: “Quiero aclarar que si bien nunca vi el contenido de los bolsos que traían las personas mencionadas, mi percepción y el comentario de los secretarios era que traían recaudación. Vuelvo a remarcar que esto es una conjetura mía basada también en comentarios que se escuchaban. Estas circunstancias también las presenciaba Daniel Álvarez, que luego de todo esto también venía con nosotros en el helicóptero”.
Valijas con candado: “Daniel Muñoz, la mayor parte de los viajes, llevaba valijas con candado. Era el único que las tocaba y se ubicaba con las mismas en la parte trasera del avión pasando el área presidencial entre la sala que solían usar los periodistas y la cocina.
Lo hacía de manera reservada. Yo no vi el contenido de esas valijas pero se comentaba y también yo lo pensaba que contenían dinero. El equipaje del matrimonio presidencial viajaba en la bodega del avión. Recuerdo que en esos viajes cuando llegábamos a la residencia de El Calafate, cuando arribaba Muñoz, Néstor Kirchner nos hacía retirar”.
¿Las bóvedas?: “En esa casa yo no vi bóvedas pero existía un lugar bajando las escaleras donde había una puerta placa de color blanca cerrada donde siempre decíamos entre los secretarios que ‘ahí estaba la historia’, en relación al lugar donde se podría guardar los bultos mencionados. Era el único lugar de esa casa al que yo no tenía acceso, siendo que me desplazaba con absoluta libertad por toda la casa. Es decir, cuando los Kirchner llegaban de un vuelo nos dirigíamos todos a la casa y al poco tiempo aparecía Muñoz.
Cuando aparecía Muñoz, nos hacían retirar a todos por una hora aproximadamente. Lo mismo ocurría en la casa de Río Gallegos donde había un sector contiguo al gimnasio de las mismas características de lo relatado en El Calafate que todos pensábamos que en este lugar también se almacenaban los bultos aludidos”.
Fuente: infobae