El fotógrafo artístico Paulo Arce, más conocido como «Chef Bonzay», fue encontrado muerto de dos puñaladas en el interior de su vivienda de la localidad de Caseros, en el partido de Tres de Febrero. El cadáver de Arce fue hallado en su domicilio de la calle Mariano Moreno 4.400, en medio de un charco de sangre, por dueña de la vivienda, quien también es su vecina.
De acuerdo con la primera informaciones, una amiga modelo de la víctima se acercó a la casa para buscar una serie de fotos y videos que Arce le había hecho. La joven tocó el timbre varias veces pero no obtuvo respuesta, lo que hizo sospechar a la vecina. Fue ahí que la mujer decidió abrir la puerta para encontrar el cadáver del hombre de 46 años tirado en un pasillo. «Yo venia de trabajar, abro la puerta y lo encuentro ahí tirado. Es un momento muy difícil. Era una persona buenísima y vivía solo», detalló la dueña.
Lo único que se sabe por ahora es que a las 9:20 de la mañana de ayer, Arce habló por teléfono con un mecánico que le estaba reparando su motocicleta. El hallazgo del cuerpo se produjo a las 10:50, lo que supone que la muerte ocurrió en esa franja de 90 minutos. Luego de que llegara la policía se encontraron, además, 750 gramos de cocaína.
Por su parte, Marina Trébol, una reconocida actriz porno que trabajó con la víctima, se mostró compungida por la situación y dijo que una amiga en común la llamó al celular cuando dejaba a su hija en el colegio, en horas del mediodía, para comentarle que Arce estaba muerto. «Pensé era una broma, porque Pablo era muy ácido, hacía chistes pesados. Aunque luego esta chica me mandó una foto de la casa llena de policías. No lo podía creer», dijo la mujer.
El hombre también se desempeñaba como chef, le gustaban los comics, sabía artes marciales y formaba parte de un grupo de «motoqueros». «Pablo vivía solo, sin pareja, tenía amigas, ex novias con las que iba y venía. Me dijeron que estaba todo lleno de sangre. Todo el barrio lo conocía, tenía una estructura física importante. No es fácil doblegarlo, aparte practicaba artes marciales. Seguro se iba a defender. No me cierra la situación de un robo», añadió Marina.
Si bien no se descarta ninguna hipótesis, los investigadores creen que se trataría de un crimen pasional. Las puertas de la casa no fueron violentadas ni se llevaron del lugar. «En la casa de él funcionaba su estudio. El comía, dormía y hacía su vida ahí adentro. La verdad no creo en un asalto. Tenía carácter muy fuerte. Aparte las cosas de valor las llevaba encima, principalmente los equipos de fotografía. Era su vida el arte», señaló Trebol.
«Nos gustaban muchos los comics y hacíamos muchas producciones con esa temática. Además, hace poco se había sumado a un grupo de motoqueros y estaba muy entusiasmado», agregó su amiga.
