Monseñor Aguer: «La Iglesia no encubre los abusos, pero hay que denunciar en el momento oportuno y a quien corresponde»

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El arzobispo de La Plata Monseñor Héctor Aguer habló hoy sobre los casos de abusos sexuales que involucran a sacerdotes y advirtió que «la Iglesia no tapa ni esconde» pero que deben denunciarse «en el momento y lugar que corresponde».

Además, criticó a los periodistas que afirman que «todos los curas son pedófilos» y «hacen que se extienda un manto de sospecha sobre la Iglesia».

«No son pedófilos todos los curas ni mucho menos, y la Iglesia no encubre sin más. Pongamos las cosas en claro, denunciemos cuando hay que denunciar y, además, que cada uno haga su deber», expresó esta mañana, en el programa «Claves para un mundo mejor», que se emite por Canal 9.

«Es muy doloroso esto para la Iglesia, ciertamente, y sobre todo es doloroso para las víctimas, en primer lugar», señaló.

Sin embargo, advirtió que en muchos casos «se acusa falsamente» y que»la inmensa mayoría de los abusos sexuales de menores y de niños ocurren dentro del ámbito familiar».

En este sentido, hizo alusión a un protocolo «muy severo» establecido por el Papa Benedicto XVI en función del cual hay que juzgar estos casos. «Lo que ocurre, a veces, es que no son denunciados en sede eclesiástica van, en todo caso, a un tribunal penal y la autoridad eclesial se entera tardíamente», explicó.

Y añadió: «Duele mucho que se diga, sin más, ‘la Iglesia protege, la Iglesia encubre, la Iglesia tapa’. Porque no se debe hacer eso. No hay que tapar nada porque son crímenes abominables que hay que denunciar, en el momento oportuno y a quien corresponde».

Para Aguer «llama la atención» que en estos hechos «se produzca una especie de parálisis tal que la víctima no queda en condiciones de avisar, de contar lo que le ha ocurrido hasta muchos años después».

Además, el prelado relató un caso que tuvo que afrontar en La Plata, con un sacerdote involucrado en un caso que fue absuelto por falta de pruebas.

«El juez que lo absolvió vino a verme y me dijo: ‘Yo tuve que absolver a este hombre por insuficiencia de la prueba, pero es culpable’. Entonces ordené un proceso en el tribunal eclesiástico, La Santa Sede aprobó lo actuado y me encargó a mí imponer la pena lo cual hice con la severidad que correspondía», dijo.

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