Rodeado de otros dirigentes que representan a los sindicatos opositores al Gobierno, el líder de la CGT disidente, Hugo Moyano, brindó una conferencia de prensa para hacer un balance del paro general, al que calificó como «contundente». El líder camionero evitó hablar de porcentajes, pero destacó que «muchos trabajadores adhirieron más allá de que sus gremios no habían convocado» a la medida de fuerza. En ese sentido, Moyano afirmó que «muchos dirigentes quedaron pagando».
«Los dirigentes supimos interpretar la voluntad de la gente, esperemos que sepan interpretar el mensaje», agregó Moyano, antes de cederle la palabra a Pablo Micheli. A su turno, el secretario general de la CTA opositora consideró que la huelga marcó una «jornada histórica».
«Damos cuenta que no estamos de acuerdo con este modelo económico que nos toma como variable de ajuste y cada vez que hay un problema descarga la crisis sobre los que tenemos y producimos la riqueza de los trabajadores», sentenció Micheli.
Del mismo modo, criticó a Aníbal Fernández, quien dijo que la gente no fue a trabajar porque no tenía cómo transportarse: «Si uno toma las fotografías o imágenes televisivas de cualquier ciudad importante parece más desierto que un domingo o un feriado. (Esas palabras) es subestimar al pueblo y hasta considerarlo estúpido. La gente paró fundamentalmente porque está cansada de que le metan la mano en el bolsillo y que el salario esté triturado por la inflación y la cantidad de impuestos sobre el salario».
Sobre el Impuesto a las Ganancias, Micheli afirmó: «Es legal pero la Constitución dice que el salario no es ganancia. No estamos en desacuerdo en que se aplique, pero el salario no es ganancia». Y demandó: «Queremos que se abra una mesa para discutir de fondo. No una mesa para el mínimo no imponible y después seguir cada tres meses en una carrera contra la inflación donde perdemos los trabajadores».
«Hay 11 millones y medio de trabajadores, que lo dice el Indec, ganan menos de $5.500.También paramos por salarios dignos, para que todos cobren un salario digno en un país que tiene posibilidad de pagarlos. Aumento de emergencia para los jubilados, ley antiterrorista y para que definitivamente se pueda combatir la precaridad laboral. Cada vez más trabajan en negro y precaridad», expresó.
Por su parte, Luis Barrionuevo, titular de la CGT Azul y Blanca, se mostró en sintonía con sus pares: «Niegan la inflación, no hablan de inseguridad, de los 25 mil millones que nos deben a obras sociales, no hablan de actualizar el salario mínimo a los jubilados. Aquí hemos parado y pienso que vamos a seguir el plan de lucha por los 8 millones de trabajadores en actividad y los 4 millones de jubilados que cobran un salario malo».
Y nuevamente criticó al ministro de Economía, Axel Kicillof, a quien había llamado «rusito»: «Lo dije peyorativamente porque aquel ministro que no sabe cuántos pobres hay en Argentina es una vergüenza que reniegue y que no dé la cifra de cantidad de pobres, que cada vez hay más. Aquel ministro que también niega la inflación, que sigue truchando el Indec, es un mentiroso como era aquel que todas las mañana nos mentía (por Capitanich).»
Asimismo, Barrionuevo reiteró su intención de continuar con las medidas de fuerza: «Desde la CGT Azul y Blanca planteamos 36 horas con movilización a la Plaza de Mayo para que se entienda que hay que atender los problemas de los trabajadores. No podemos seguir con este Gobierno que mira para otro lado. Miente, miente, miente que algo quedará».
Infobae