Otro cacerolazo en Olivos por la suspensión de las clases presenciales

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Nuevamente, en la puerta de la Quinta de Olivos manifestantes se autoconvocaron para realizar un cacerolazo en protesta por la suspensión de las clases presenciales durante las próximas dos semanas. Este miércoles por la noche, los vecinos de la zona ya se habían agrupado frente a la residencia presidencial, apenas finalizó el anuncio de Alberto Fernández con las nuevas restricciones,.

Asimismo, este mediodía también se habían manifestado los emprendedores y empleados gastronómicos, que verán afectado su horario a partir de este viernes. Sucede que, según la nueva normativa que comunicó el Presidente, todas las actividades comerciales deberán cerrar a las 20 y los bares y restaurantes sólo podrán funcionar desde las 19 mediante la modalidad de reparto a domicilio y take away.

Pero más allá de los desacuerdos puntuales de cada sector, el reclamo generalizado radica en la suspensión de las clases presenciales en el Área Metropolitana de Buenos Aires, dado que el mandatario nacional anunció que deberán realizarse en forma virtual por las próximas dos semanas.

De esta forma, padres y alumnos se congregaron en Olivos con carteles que indican “Los chicos en sus aulas”, “La educación es esencial” y “Queremos ir al colegio”, entre otros mensajes similares. Los presentes acudieron con sus cacerolas y silbatos o simplemente demostraron su desacuerdo mediante aplausos sostenidos. A su vez, quienes transitaban con sus vehículos se sumaron a la protesta con bocinazos.

El reclamo se repitió en otros puntos del AMBA, como por ejemplo en Pilar, donde también se convocó mucha gente a raíz del cierre de las aulas.

Esta medida en particular sorprendió a propios y extraños, dado que existía un consenso sobre la necesidad de continuar con las clases presenciales. De hecho, así lo habían reconocido los ministros Nicolás Trotta y Carla Vizzotti, pocas horas antes del anuncio del Presidente. Finalmente, esta mañana Alberto Fernández reconoció que el titular de la cartera educativa pretendía mantener los colegios abiertos y que la postura opuesta fue definida exclusivamente por él.

Los números oficiales que difundió el Ministerio de Educación el 6 de abril son elocuentes. A partir de una muestra de 5.926 escuelas, se registró que tan solo se contagió el 0,16% de los alumnos y el 1,03% de los docentes.

Incluso, desde la propia cartera educativa afirmaron que esos contagios no se produjeron necesariamente al interior de las escuelas. que por el contrario, los establecimientos educativos se perfilaban como los espacios de detección temprana de los casos.

Trotta se enteró por televisión de los anuncios. El Presidente ni siquiera le había notificado el giro radical. “No podemos comenzar las restricciones cerrando las escuelas. Si tiene que haber una disminución de la presencialidad para restringir la circulación de personas, no debería implicar la suspensión absoluta de las clases en las aulas como primera medida”, había expresado el titular de Educación pocas horas antes, tras una sesión del Consejo Federal en el que le había pedido a sus pares provinciales sostener las clases presenciales.

Hoy por la mañana, en una entrevista con Radio 10, el Presidente intentó justificar el cierre escolar. Habló de que “las madres se agolpan en las puertas de las escuelas”, de que “los chicos intercambian barbijos” y cargó contra el transporte público. En realidad, los datos muestran que el 50% de los chicos va caminando a la escuela. A un 20% lo llevan en auto y tan solo un 30% se mueve en transporte público.

Por su parte, Horacio Rodriguez Larreta confirmó este mediodía que la Ciudad presentará un amparo ante la Corte Suprema para defender las clases presenciales, tal como había adelantado Infobae, pero la estrategia jurídica depende de la redacción final del decreto sobre las nuevas restricciones, que todavía no se publicó. El jefe de Gobierno porteño rechazó el cierre de las escuelas y la posible intervención de las fuerzas federales de seguridad en el territorio de la ciudad de Buenos Aires. “Estamos ante un decreto que tiene fuerza de ley, eso hay que cumplirlo, pero rechazamos la participación del Ejército y de las fuerzas federales en la Ciudad. La Ciudad es autónoma y vamos a hacer todo lo que podamos para garantizarla”, dijo.

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