Padre Gastón Cuello: «Vayamos a donde nos necesiten, sólo María sabe como consolar a sus hijos»

La comunidad Nuestra Señora de Itatí, perteneciente a la parroquia Cristo Rey, homenajeó a su patrona con una importante celebración eucarística en el barrio Jerusalén.

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La comunidad Nuestra Señora de Itatí y San Juan Apóstol, perteneciente a la parroquia Cristo Rey, homenajeó a su patrona con una celebración eucarística presidida por el padre Gastón Cuello. La misa se desarrolló en su predio ubicado en el barrio Jerusalén.

Con el lema «Con los pies en camino y ardiendo el corazón, María Itatí nos invita a la misión», la comunidad se unió para realizar la procesión por las calles del barrio, oportunidad en que la imagen de la Virgen derramó sus bendiciones en este día de la Patria.

Ya en el predio, donde se proyecta la construcción de una capilla, se ofició la Misa Central ante una gran concurrencia de fieles que se acercaron a celebrar a la Madre.

«Cuando la mamá está de fiesta todos vamos a la casa, que puede ser humilde y sencilla. No será muy lujosa pero está todo preparado  porque cada uno aportó algo para ello y a eso se le llama comunidad, ser familia», con esas palabras inició su homilía el padre Gastón.

También destacó: «Hay que ser colaboradores, actores importantes de este momento que todos estamos disfrutando. Recordemos, hoy gozamos de la Independencia porque hubo personas que colaboraron, aportaron su trabajo y dieron su vida para que seamos libres».

«Que este sea un verdadero encuentro de hermanos, para que después retornemos a nuestros hogares con esa alegría del encuentro con Jesús, porque María propicia siempre que estemos con su hijo».

Más adelante señaló: «En María se ha revelado su hijo quien ha decidido mostrar al amor del Padre porque fue enviado por él. Jesús quiere que al recibir este mensaje seamos quienes vayamos revelando ese amor de Dios a los hermanos que no lo conocen, a los que muchas veces le dan la espalda. No hay que cansarse, hay que seguir invitándolos, continuar mostrando los signos de un Dios que es paciente, humilde y que sabe aceptar muchas veces el no de sus hijos. Aprendamos de María que siempre fue la servidora del Señor».

«Que esta fiesta sea una nueva oportunidad para trabajar más en este lugar en que la Virgen ha querido quedarse y nos ha elegido a nosotros para ser sus colaboradores. Que ella interceda por cada uno de nosotros, por toda la comunidad. No seamos hijos con los brazos cruzados, sino estemos en movimiento haciendo conocer la Palabra. Vayamos a donde nos necesiten, sólo María sabe como consolar a sus hijos».

Al finalizar la celebración, la comunidad Nuestra Señora de Itatí y San Juan Apóstol compartió una merienda en lo que fue el broche de oro de una novena bien peregrina y comprometida para ayudar al prójimo.

 

 

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