No será una disputa abierta. Tampoco habrá lugar para duros enfrentamientos políticos en Cambiemos. Sólo hay sugestivos silencios que indican un escenario: la «nueva doctrina» Chocobar y las diferencias en materia de política de derechos humanos cristalizaron los primeros signos de grieta entre la gobernadora bonaerense María Eugenia Vidal y el presidente Mauricio Macri.
El silencio de Vidal ante el caso Chocobar y un amplio listado de estrategias de la gobernadora en su política de derechos humanos mostraron veladamente una clara diferenciación de los planes de la Casa Rosada en estos temas.
Desde el gobierno nacional aseguran que «no hay grieta alguna ni diferencias» con Vidal. Pero existen hechos concretos a la vista de los primeros signos de cortocircuito entre Macri y Vidal.
«Llámenlo diferencias, grieta o lo que sea pero la gobernadora nos instruyó en una línea muy clara respecto a la seguridad: mayor capacitación a la policía, más diálogo y evitar la represión policial», expresó ante Infobae un allegado a Vidal.
En la práctica, la gobernadora evitó hablar del caso Chocobar públicamente y ante sus funcionarios de mayor confianza sólo dijo que la justicia debía definir en el tema. Una clara diferenciación del ataque abierto que expuso Macri desde Chapadmalal ante la decisión de la Cámara del Crimen, que ratificó el procesamiento del efectivo de la Policía Local de Avellaneda. Vidal no dirá más que esas expresiones en la intimidad de su despacho de La Plata.
Para suavizar la grieta de Vidal con la postura de la «nueva doctrina» que impulsa la ministra de Seguridad Patricia Bullrich, otro funcionario bonaerense aclaró que no se puede comparar el manejo de fuerzas federales de la policía bonaerense.
¿Cuáles son entonces las diferencias de fondo entre Vidal y Macri ante el caso Chocobar?
Desde la gobernación bonaerense destacaron que hay un amplio sector del gabinete deVidal que adhiere a las expresiones del constitucionalista radical Ricardo Gil Lavedra.
Hace unos días este destacado jurista trazó una línea de diferenciación con el gobierno ante el caso Chocobar: «Es muy importante que tengamos en claro que un mayor punitivismo o una mayor represión no trae más seguridad, trae más violencia e inseguridad para el conjunto de la gente», dijo Gil Lavedra.
El núcleo duro de Vidal en este tema son los ministros de Seguridad, Cristian Ritondo; el ministro de Justicia, Gustavo Ferrari y el secretario de Derechos Humanos, Santiago Cantón. Hay unidad de criterios entre estos y Vidal a la hora de sostener el argumento diferenciador de Gil Lavedra respecto de la postura dura de Macri y Bullrich. Claro que a la vista de la estrategia políticamente correcta de Cambiemos no se aceptará públicamente este cortocicuito.
En la argumentación de cuestionamientos a la «nueva doctrina» nacional impera un latigillo en la provincia de Buenos Aires: «No se puede comparar a las fuerzas federales con la policía bonaerense», dicen. También aclaran que la estrategia de Vidal será defender a la policía que actúe correctamente.
Desde la práctica, este argumento encuentra un justificativo palpable: el auditor de delitos internos de la policía bonaerense, el abogado Guillermo Berra, avanzó el año pasado con la separación de 8.300 agentes de seguridad; hay 600 policías presos por todo tipo de delitos y unos 300 están siendo investigados por enriquecimiento ilícito y otras causas de corrupción.
«Con la policía bonaerense que tenemos hoy no podemos decirles vayan y accionen tranquilamente», advirtió otro funcionario cercano a Vidal abonanado la diferenciación con la «nueva doctrina» de Macri. El mensaje es claro: no se dará un cheque en blanco a la bonaerense.
En paralelo, Ritondo avanza con un ambicioso plan de capacitación y modernización de la bonaerense para evitar la corrupción y el gatillo fácil.
Según expresaron al menos cinco fuentes de la provincia de Buenos Aires consultadas por Infobae, ante el caso Chocobar hubo una directiva clara de Vidal: no hablar del caso. Así, la idea es que se va a defender a la policía pero no a cualquier precio.
No habrá un choque público en este tema por una razón de fuerza mayor: preservar un delicado equlibrio que transitan Vidal y Ritondo en su lucha contra la inseguridad bonaerense. La provincia necesita del apoyo de las fuerzas federales para atacar el narcotráfico y la delincuencia en el conurbano bonaerense. De hecho, tanto la bonaerense como la Gendarmería o la Federal trabajan coordinadamente en muchos operativos en el conurbano.
Desde el plano de las políticas de derechos humanos que encaró Vidal de la mano de Cantón los planes de la gobernación bonaerense también parecen diferir de la estrategia que impera en la Nación.
Allegados al secretario de derechos humanos bonaerense destacaron a Infobae la estrategia de Vidal de mantener un estrecho vínculo con los organismos de derechos humanos como Abuelas de Plaza de Mayo o la Fundación Servicio, Paz y Justicia que lidera Adolfo Pérez Esquivel.
En los hechos, la gobernación bonaerense acaba de entregar a Abuelas las instalaciones de la Comisaría 5ta de La Plata, un emblema de las torturas perpetuadas por la dictadura. Allí se desplazará a los uniformados y el lugar se convertirá en oficinas de la organización que lidera Estela Carloto. Hay más: la Comisión provincial de la Memoria y Pérez Esquivel acordaron la capacitación y la financiación de más de 20.000 estudiantes para programas de derechos humanos.
«La provincia de Buenos Aires tiene un diálogo directo y cercano con organismos como el CELS, Abuelas o SERPAJ», dijo un funcionario de Vidal en clara diferenciación de la estrategia nacional.
Es cierto que desde la secretaría de Derechos Humanos que lidera a nivel nacional Claudio Avruj hubo profundas diferencias con el CELS, Abuelas y otros organismos de derechos tras los casos de Maldonado y Milagro Sala. Las heridas no se saldaron plenamente aun aunque Avruj está haciendo denodados esfuerzos en tender diálogo con todos los organismos de derechos humanos.
Desde el Ministerio de Justicia a cargo de Germán Garavano intentan minimizar las diferencias con Vidal: «Todos los dirigentes de Cambiemos estamos en la misma línea de acción. No hay diferencias sino planes de acción donde cada uno tienen sus tiempos», dijo un funcionario de la Casa Rosada.
Así, desde el gobierno de Macri destacaron el plan nacional de derechos humanos que se presentó recientemente y el diálogo que se busca con los organismos de derechos humanos.
Es muy probable que Vidal y Macri intenten minimizar la grieta en estos temas sensibles. Después de todo, ambos saben que se necesitan mutuamente en la construcción del proyecto político de Cambiemos de cara a las elecciones presidenciales del 2019.