Sudáfrica registró este viernes un récord de 216 muertes por coronavirus, mientras que el presidente Cyril Ramaphosa llamó a no estigmatizar a los infectados y elogió a la familia de la hija de Nelson Mandela por revelar que la mujer había dado positivo para la Covid-19 antes de morir el lunes.
«Este es un virus que nos afecta a todos y nunca debería haber ningún estigma alrededor de las personas que se infectan», expresó en un comunicado el presidente.
Zindzi Mandela, de 59 años, diplomática e hija menor del líder antiapartheid, fue enterrada el viernes, y su familia había informado que estaba esperando el resultado de la autopsia antes de revelar la causa oficial de la muerte.
Ayer, la familia dijo que Zindzi Mandela dio positivo para la enfermedad que causa el nuevo virus.
Sudáfrica contabilizó 13.172 nuevos casos de coronavirus en las últimas 24 horas, con lo que el total se ha elevado a 324.221, informó hoy el Ministerio de Salud, citado por la agencia de noticias EFE.
Los 216 muertos por el virus de la víspera llevaron el total a 4.669 y representan el mayor número desde el inicio del brote local, que según la OMS es uno de los diez peores del mundo en el marco de la actual aceleración de la pandemia.
Estas cifras colocan al país no solo como el más castigado por la pandemia de toda África, con cerca de la mitad de los casos del continente, sino como el sexto con más contagios de todo el mundo, tras superar a México y Chile en sólo un día.
El epicentro de virus es la provincia de Gauteng, donde se sitúan la capital, Pretoria, y Johannesburgo, su principal ciudad y motor económico del país.
Sudáfrica ya mostraba tendencias preocupantes desde hacía meses, pero la pandemia se volvió especialmente virulenta tras la reapertura de la economía, el pasado 1 de junio.
Las predicciones sobre el pico, sin embargo se mantiene lejos., según expertos en epidemiología, que vaticinan que la curva no empezará a bajar hasta agosto.
«La tormenta está sobre nosotros», advirtió Ramaphosa el fin de semana pasado en un mensaje dirigido a la nación en el que comunicó que el Gobierno reinstauraba algunas restricciones para contener el avance del virus.
Se impuso un toque de queda nocturno y se volvió a prohibir la venta y distribución de alcohol, una medida con la que el Ministerio de Salud calcula que se evitarán unos 6.800 casos de urgencias médicas resultantes de accidentes o peleas, por ejemplo.
Pese a las preocupantes cifras, el Gobierno descarta, de momento, volver a un confinamiento duro como el que atravesó el país entre finales de marzo y comienzos de junio.
Fuente: telam