Mi experiencia maduraba con cada sesión y la práctica me daba la posibilidad de experimentar a partir de la evolución digital y las prestaciones de las herramientas que explotaba al máximo.
Por aquellos días y gracias al contacto directo que estableció mi amigo Andrés Simón con la familia Carabajal, pudimos comenzar a compartir la grabación del disco de Don Carlos Carabajal.
Un trabajo que venía cargado de una energía impresionante de parte del «Padre de la chacarera», sus ansias por plasmar sus composiciones y mostrar a su pueblo su espíritu jovial que llenó de dulzura y expresión cada una de las obras que registró en este material.
Junto a El trabajaron en la producción sus hijos Peteco Carabajal, Demi Carabajal y también Kali Carabajal junto a Andrés Simón, quienes fueron los encargados de la dirección musical y arreglos respectivamente. Walter Carabajal estuvo también como invitado, de esta manera se creó una atmósfera familiar y creativa para llevar adelante el sueño de este gran juglar.
Muchas anécdotas nos dejó en cada uno de los encuentros en el estudio, así como también enseñanzas enriquecedoras que con el paso del tiempo atesoraremos en nuestros corazones.
Hoy en día en cada show que realizan sus hijos, cuando interpretan la Zamba que dá título a la placa, brota la emoción y la efervecencia que Don Carlos tanto soñó.
Mi mayor agradecimiento a su familia por todo lo compartido y por haber confiado en mi labor.
Desde este espacio mi mayor reconocimiento y respeto al maravilloso aporte que hicieron a la música popular santiagueña y a nuestra cultura Don Carlos y su flia. y que perdurará en la historia por el presente y futuro fértil que tiene en sus manos su descendencia.
Saludos Cordiales
Por Mario Ruiz
