En el estadio Madre de Ciudades de Santiago del Estero, River protagonizó un festival de fútbol y se quedó con la final de la Supercopa Argentina tras golear 5-0 a Racing. De esta manera el Millonario bordó otra estrella después de dos años de sequía (la última había sido en 2019).
Fue el elenco dirigido por Marcelo Gallardo el que dominó durante la primera parte y sacó ventaja gracias a un tanto de cabeza (a la salida de un córner) de Rafael Santos Borré, quien había estado en duda por una molestia en la cresta ilíaca derecha, motivo por el cual se había retirado del campo en el último duelo ante Platense. Antes, los de Núñez habían generado varias situaciones vertiginosas: a través de una escalada de Angileri, por una definición alta de Suárez tras el buscapié de Carrascal, con un cabezazo de Robert Rojas y otro buen remate al primer palo de De La Cruz tras la habilitación de Suárez, bien despejado por Gabriel Arias.
Pero los de Avellaneda también expusieron en la última línea a sus rivales. Al minuto Matías Rojas hizo revolcar a Franco Armani con un buen zurdazo desde media distancia, al igual que Fabricio Domínguez realizó lo propio luego de una escapada por derecha y enganche previo con desactivación del 1 de River por arriba del travesaño. La más clara estuvo en los pies de Tomás Chancalay, quien recibió de Copetti de cabeza y sacó un derechazo lejano que se estrelló en el poste.
En el complemento el partido entró en una meseta en la que fueron los de Avellaneda los que parecían avanzar lentamente en busca de la igualdad aunque sin demasiadas ideas. Pero River, que había perdido posesión y precisión, fue letal y le pegó tres trompadas en 4 minutos a su adversario. A los 23 Julián Álvarez, que recién había ingresado por Borré, aumentó la ventaja (magnífico Enzo Pérez en la previa). Dos minutos más tarde la presión asfixiante de los del Muñeco causó efecto y De La Cruz se fue mano a mano con Arias para festejar el tercero. Y a los 27′ Matías Suárez armó una maniobra personal espectacular y contó con la fortuna del quite de Miranda que terminó dentro de su propia valla. El propio Suárez selló la goleada a los 35 cuando Racing estaba completamente abierto en defensa, tras la habilitación de Álvarez, que lastimó en cada intervención desde su entrada.
