La semana pasada se detectaron cuatro escapes en los gasoductos que conectan a Rusia y Alemania, agravando las tensiones que surgieron con la invasión rusa de febrero. El Consejo de Seguridad de la ONU abordó el tema el viernes.
Vershinin dijo que «la opinión general es que fue sabotaje y que debe ser investigado» pero que «no se ha tomado una decisión» sobre la investigación internacional. El miércoles de la semana pasada, Rusia lanzó una pesquisa sobre «terrorismo internacional» sobre el caso.
El vocero del Kremlin, Dmitri Peskov, indicó que tal investigación «requiere de la cooperación de varios países». Denunció una «grave falta de comunicación e indisposición de muchos países por contactar» a Rusia.
Suecia bloqueó el lunes la zona alrededor de las fugas en el mar Báltico mientras se investigaba el supuesto sabotaje. El presidente ruso, Vladímir Putin, acusó a Occidente de estar detrás de las fugas.
El jefe del Consejo de Seguridad ruso, Nikolai Patrushev, afirmó el miércoles que «está claro que Estados Unidos es el beneficiario, principalmente económico», de las fugas. Tanto Moscú como Washington han negado su participación.
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