Fue una escena de película. En pleno corazón del barrio de Flores, dos delincuentes, a bordo de un auto, trataban de escaparse de la Policía cuando tras una mala maniobra se estrellaron contra un semáforo. Producto del feroz impacto, el vehículo se incendió en pocos segundos.
Todo comenzó en Boedo, cuando dos ladrones, en un auto color gris, interceptaron a un hombre en la avenida Juan de Garay para robarle la moto y otras pertenencias. Lejos de conformarse con eso, los delincuentes fueron a Constitución, en donde atacaron a dos jóvenes de 19 años para sacarles sus celulares y la plata que tenían. En ese momento regresaron hacia Boedo para asaltar a otras dos personas. De ahí, continuaron hasta Nueva Pompeya.
Efectivos de la Comisaría Vecinal 5-B de la Policía de la Ciudad se encontraban realizando un recorrido por la zona cuando vieron a los sospechosos por avenida Caseros y José Mármol. Al advertir la presencia policial, uno de los ladrones, que iba en la moto robada, frenó de golpe, se bajó y se subió al 207 que manejaba su cómplice y que también había sido robado. En ese instante comenzó su fuga, que duró unos minutos.
Lo que vino luego fue una intensa persecución, que siguió hasta Flores. Las imágenes de las cámaras de seguridad de la zona son evidentes: se puede ver cómo los ladrones escapan a alta velocidad, seguidos muy de cerca por los efectivos, que iban en un patrullero.
Pero en la avenida Cobo y Curapaligüe perdieron el control y chocaron contra un semáforo. El vehículo inmediatamente comenzó a prenderse fuego. Los efectivos detuvieron en el lugar a los dos ocupantes, que fueron trasladados al Hospital Piñero con politraumatismos leves. En su poder tenían una pistola Bersa con la numeración limada. Uno de los detenidos es menor de edad.
El Tribuno
