Se detectó inicialmente en nueve empleados del aeropuerto de la antigua «capital del sur» pero se han registrado contagios en 171 personas en la provincia de Jiangsu, limítrofe con Shanghái, y en al menos otras cuatro provincias.
La mayoría de los infectados habían sido vacunados, según las autoridades de Jiangsu, lo que despierta preocupación sobre la eficacia de las vacunas chinas contra la cepa Delta del SARS-CoV-2.
China, el país más poblado del mundo, administró 1.600 millones de dosis (únicamente fabricadas en China) pero se desconoce cuántos habitantes están vacunados con todas las dosis necesarias. El objetivo es inmunizar al 65% de la población (1.400 millones de habitantes) antes de que termine el año.
El país también ha registrado contagios a través de su porosa frontera con Birmania.
En Jiangsu, las autoridades confinaron a cientos de miles de habitantes, afirmó Lu Jing, un alto cargo de los servicios epidemiológicos provinciales.
«En Nankin se cerraron cibercafés, gimnasios, cines, karaokes e incluso bibliotecas», declaró a la prensa.
La metrópoli ya sometió dos veces a sus más de 9,2 millones de habitantes a test y emprendió una tercera campaña de detección el miércoles, anunció el ayuntamiento.
La densamente poblada provincia de Sichuan (suroeste) informó de tres casos el jueves y Pekín de dos, los primeros desde hace seis meses en la capital.
En el centro de la capital se cerró el hotel Legendale tras el hallazgo de un caso importado. El jueves unos empleados con trajes de protección desinfectaban los alrededores del establecimiento con pulverizadores.
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