«Que sea lo que Dios quiera» decimos pero nos imaginamos gritando abrazados el gol de Higuaín; «Son un equipo fuerte» pensamos y rápidamente recordamos el rostro de Mascherano sabiendo que su confianza llevará adelante a este equipo.
«La magia aún no aparece» decimos y soñamos a un auténtico Messi, el que te hace creer que no hay nada imposible, y una vez más miramos al cielo como queriéndo ver esa señal divina que nos de confianza.
Y así nuestra mente va recorriendo cada imagen, cada jugada, cada indicio que nos ubique un pasito adelante para alcanzar ese sueño de ser campeones del mundo.
No importa si estamos en Villa Juana, Paraiso, el Mercantil o el barrio San Martín; no importa que nuestros gritos no lleguen a Brasil; lo importante son esos momentos imborrables que vamos a vivir sintiéndonos todos más argentinos que nunca.
Y desde nuestro lugar respetaremos cada una de las cábalas, elevaremos plegarias a nuestros santos, nos aferraremos a ese pañuelo, muñeco, bandera… lo que sea, para que la vibración sea positiva y alcancemos ese anhelo de salir triunfantes.
Y si Dios quiere, capaz que podamos gritar juntos el gol que nos haga olvidar un poquito todo, que nos haga sonreir, que nos haga lagrimear y recordar a esa persona que ya no está y que seguramente festejaría enloquecida junto a nosotros.
Si el destino lo permite, los bandeños nos encontraremos festejando en la plaza Belgrano, en la tradicional esquina de esta Cuna de Poetas y Cantores, o en nuestro barrio y lo haremos como si estuviésemos allá acompañando a Sergio Romero; Pablo Zabaleta, Martín Demichelis, Ezequiel Garay, Marcos Rojo; Enzo Pérez, Lucas Biglia, Javier Mascherano, Ezequiel Lavezzi; Lionel Messi , Gonzalo Higuain y los que faltan incluyendo al técnico.
Vuelvo a repetir, Si Dios quiere y sólo si Dios quiere seremos campeones otra vez.
QUE ASÍ SEA BANDEÑOS.
