Todos los aumentos que se vienen en abril y cuándo estiman los economistas que podría comenzar a desacelerarse la inflación

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Como viene sucediendo mes a mes, abril llega con una lista de aumentos ya programados en servicios, combustibles y transporte público, lo que tendrá un impacto en la inflación mensual. Los analistas aseguran que recién a partir de mayo o junio -cuando se hayan concretado las subas pendientes de algunos de los precios regulados- se comenzaría a ver una desaceleración de los niveles mensuales de inflación.

Algunos de los aumentos previstos para abril son:

– Combustibles: las petroleras ya incrementaron un 7% en promedio en marzo (alcanzó 7,9% en CABA y 6,5% en el NOA) y se esperan dos nuevas subas, una en abril y otra en mayo, hasta completar un 15%, de acuerdo con lo anunciado por YPF. Si no hay modificaciones, a este porcentaje también se le sumará algo más por las subas de los impuestos.

– Transporte: Para el mes próximo se prevén alzas en el valor de los peajes, subtes y taxis en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. A partir del 18 de abril, el pasaje de subte pasará de $25,50 a $30. Mientras que el premetro pasará de $9,10 a $10,70.

En tanto, para los viajes en taxi, la ficha diurna se elevará de $7,14 a $8,57, y la nocturna pasará a $10,28. La bajada de bandera costará $85,70. En el caso de los peajes porteños, está proyectado una suba del 25% para fines de abril.

En los últimos 12 meses, el costo de uso de medios públicos de transporte subió menos de la mitad que el total de la canasta de consumo, y este desacople se viene agrandando en los últimos dos meses. El transporte público representa de forma directa el 4% de la canasta de consumo del Gran Buenos Aires, por lo que cualquier ajuste en esa variable impacta en el costo de vida y en el ingreso disponible real de los sectores medios y bajos.

– Cajeros automáticos: A partir del 1º de abril, sacar dinero de un cajero automático volverá a tener costo. La extracción en una sucursal de otro banco o de otra red irá desde los $43 a los $143, según la entidad. Durante la cuarentena, una resolución gubernamental había permitido a los usuarios de tarjetas de débito retirar dinero de cualquier cajero automático sin costo extra.

– Fin del congelamiento de alquileres: a partir del mes próximo, los inquilinos tendrán que abonar la diferencia entre el ajuste que estaba previsto -según cada contrato- y lo que no se aplicó durante los últimos 12 meses. La diferencia podrá ser abonada en hasta 12 cuotas mensuales.

– Expensas: El sindicato de encargados de edificios cerró su paritaria 2021 con un 32% de aumento salarial en cuatro tramos. El primero será de 7% y se verá reflejado en un aumento en las próximas expensas de abril.

– Tarifas de electricidad y gas: En marzo se celebraron las primeras audiencias públicas sobre aumento de tarifas para el gas y la electricidad (en este caso, solo para el AMBA). Pero aun no fueron definidas las tarifas de transición para ambos servicios, que podrían comenzar a aplicarse a fines de abril y se estiman entre 7% y 9%. En tanto, para los servicios de electricidad de la provincia de Buenos Aires -que no incluye a los usuarios de Edenor y Edesur- el gobernador Axel Kicillof anunció una suba del 7% a partir del mes próximo.

“Hay una serie de líneas de consumo que están contenidas y cuya liberación supondría un impacto sobre el bolsillo de los consumidores. Los incrementos en ciernes en los servicios y el transporte público y la continuación en la curva ascendente en el precio de los combustibles, sumados al evidente ajuste al alza de alquileres y gastos en expensas, constituyen un escenario complejo. Todos estos rubros juntos representan casi un 20% de la canasta de consumo”, estimó Pablo Besmedrisnik, director de Invenómica.

“En un contexto de muy alta inflación, desatar esos precios generaría un impacto directo e instantáneo sobre el bolsillo, y un ciclo de ajustes indirectos que tomará dos o más meses. El contrapeso de la política pública para enfrentar esta realidad es el atraso cambiario como ancla inflacionaria, una solución efectiva, de corto plazo y que alcanza para el rédito político instantáneo pero que en general no termina bien si no es acompañada de un plan económico integral y consistente”, agregó.

Lo que aun no está confirmado es que pasará con las tarifas de los servicios públicos de gas y electricidad, que se mantienen congelados desde hace dos años. De acuerdo con las estimaciones de Invenómica, mientras que la inflación en el GBA durante los últimos 12 meses fue de más del 38%, el subíndice que mide la evolución de las tarifas tan solo creció un 1,3 por ciento.

Los servicios públicos asociados al consumo hogareño representan un 2,5% de la canasta de consumo del principal conglomerado urbano del país. “Si las tarifas públicas recuperaran el terreno perdido durante los últimos 12, la tasa de inflación mensual se incrementaría un punto porcentual de forma instantánea y directa, un número que no asusta. Sin embargo, se engrosaría sobremanera si consideráramos el impacto indirecto en la cadena productiva y de intermediación. Por otra parte, movimientos bruscos en las tarifas se constituyen en señales fuertes de volatilidad en los precios que afectan de lleno en las expectativas de los diferentes actores de la economía, y empujan los precios en el comercio y la producción de bienes”, agregó Besmedrisnik.

Consultados sobre en qué momento del año se podría comenzar a ver una menor inflación mensual, los economistas señalaron que el proceso de desaceleración se empezaría a ver recién a partir de mayo o junio. Desde la consultora EcoLatina prevén para abril una inflación entre 3% y 3,5%, pero el número final dependerá de la suba de tarifas de la que aún no hay definiciones. “Dado que la inflación en el primer trimestre de 2021 cierra en torno al 12%, con subas mensuales entre 3,5% y 4%, se podría hablar del comienzo de un proceso de desaceleración”, señaló el economista Lorenzo Sigaut Gravina.

“La desaceleración se observará en forma más contundente a partir de mayo, cuando la mayoría de las subas de precios regulados se haya concretado; y utilizar el tipo de cambio como ancla, deslizarlo a un menor ritmo que los precios, comience a mostrar resultados en términos de moderar la suba de precios de los bienes y servicios transables, que tienen a ajustar en línea al dólar oficial”, agregó Sigaut Gravina.

El aumento de las tarifas de servicios regulados es uno de los factores que contribuye a estimar que la inflación difícilmente perfore el 3% antes de junio. “Pero su incidencia en el aumento de precios va a ir menguando. Si bien todavía no es claro el esquema de actualización que terminará convalidando el gobierno será menor al aumento de los precios no regulados”, dijo Claudio Caprarulo, economista jefe de Analytica Consultora.

En la consultora proyectaron que a partir de abril la inflación va a comenzar a desacelerarse porque el Gobierno continuará bajando la tasa mensual de depreciación del peso, que en lo que va de marzo es del 2,2%, mientras en febrero y enero se ubicó en 2,9% y 3,7% respectivamente. “Un factor que puede presionar al alza la inflación en los próximos meses es la actualización de los salarios producto de las paritarias. Pero por el resultado de los acuerdos cerrados hasta el momento, promedian el 30%, no proyectamos una incidencia significativa”, agregó el economista.

Por su parte, Jorge Neyro, economista jefe de la consultora ACM, proyectó que la inflación de abril rondará entre 3,5% y 4%, lo que dependerá mucho de los aumentos de tarifas que se autoricen. “Como ya sabemos que habrá aumentos de naftas hasta mayo inclusive podemos ver valores de inflación más bajos recién en junio aproximadamente, con un IPC cercano al 3%”, aseguró. Pero advirtió que la inercia inflacionaria es alta. Y con los números de marzo se alcanzarían cuatro meses seguidos con un porcentaje superior al 3,5 por ciento.

Sobre la estrategia de “ancla cambiaria”, el economista destacó que no se está notando en el índice de precios que releva el Indec, donde se están dando ajustes que no son por motivos cambiarios, como las naftas o los servicios públicos, o regulados como las prepagas. “La inercia inflacionaria disminuye el efecto de la menor devaluación. Podrá sentirse un poco mas en el segundo semestre de este año”, anticipó.

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