El presidente dela Unión IndustrialArgentina, José de Mendiguren, señaló hoy que en la discusión por el proyecto cegetista de redistribución de las Ganancias era «un tema amplio, que como todo, hay que sentarse, hay que hablar».
«El proyecto de la CGT plantea legislar sobre un artículo que es el 14 bis de la constitución nacional que prevé la distribución de utilidades. Hemos dicho que ese artículo no hay que mirarlo con un ojo solo porque también prevé la libertad sindical, el derecho a la información», insistió.
En este sentido, aseveró que es el Estado a través dela Comisión Nacional de Valores, o dela AFIP el que tiene la atribución de de aprobar o no los balances porque, indicó, «no creemos que sea un sindicato el que sea arrogue ahora la facultad de determinar la validez o no de un balance«.
Por otra parte, manifestó en declaraciones radiales que «no» le tiene miedo al jefe dela CGT, Hugo Moyano, aunque admitió que «me gustaría que no tuviera tanto poder una persona con la que uno negocia«.
«Es uno de los dirigentes gremiales que ha tenido más poder en los últimos tiempos. La CGT en los períodos anteriores nunca fue conducida por un dirigente de un gremio fuerte«, remarcó.
De Mendiguren definió a Moyano como «un dirigente fuerte, que como se dice siempre, va por todo; no es un dirigente de los más fáciles que me ha tocado».
«Moyano es un hombre duro en la negociación, pero también creo, lo conozco hace muchos años, que es una persona consciente de que el país necesita un proyecto de desarrollo, y en ese proyecto es clave compatibilizar la redistribución del ingreso, con la inversión«, evaluó.
Según su visión, si uno mira solo la redistribución del ingreso y ahuyenta la inversión, «no hay proceso que se pueda mantener en el tiempo virtuoso»
«Como al revés, cada vez quela Argentina idolatró la inversión a cualquier costo y olvidó la redistribución, abortó los períodos de crecimiento», subrayó.
Al respecto, enfatizó que «la responsabilidad dela CGTy la de los industriales es terminar con este círculo, con este juego pendular, que la Argentinaiba de un extremo a otro, sin encontrar el centro, y destruyendo los procesos de crecimiento«. «Está en nosotros esa responsabilidad», concluyó.
