Shishov, de 26 años y al frente de la organización «Casa Bielorrusa», una ONG de ayuda a los bielorrusos huidos del país, había salido a correr el lunes por la mañana en Kiev pero no había regresado. En este sentido, dicho grupo denunció este martes una «operación planificada» por el régimen del presidente Alexander Lukashenko.
«No hay ninguna duda de que se trata de una operación planificada por los chekistas para liquidar a un bielorruso que representaba un verdadero peligro para el régimen», indicó la organización en su cuenta Telegram.
Y agregaron: «Vitali era vigilado y la policía ucraniana había sido informada de ello. Habíamos sido advertido en varias oportunidades tanto por fuentes locales como por personas en Bielorrusia de todo tipo de provocaciones que podían ir hasta el secuestro y la liquidación».
La organización que defiende los derechos humanos Viasna señaló por Telegram que, según los amigos de Shishov, este ya había sido seguido por «desconocidos» durante sus salidas para correr.
Según «Casa Bielorrusa», Shishov fue obligado a partir a Ucrania en el otoño boreal de 2020 tras haber participado en agosto en manifestaciones antigubernamentales en Gomel, en el sur de Bielorrusia, y de haberse «opuesto de manera activa» a las autoridades.
Numerosos bielorrusos huyeron de su país, sobre todo en dirección de Ucrania, Polonia y Lituania, en el marco de la feroz represión de la oposición al régimen de Lukashenko, que dirige desde 1994 esta exrepública soviética a medio camino entra la UE y Rusia
El caso de Shishov llega un día después del incidente en los Juegos Olímpicos de Tokio con la atleta bielorrusa Kristina Tsimanuskaya, que afirmó haber sido obligada a retirarse de la competición y fue amenazada con ser devuelta a su país tras haber criticado a su federación en las redes sociales.
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