El gobernador de Mendoza se sometió al teste de COVID-19 y el resultado fue negativo. El examen se le realizó luego de enterarse del contagio de dos colaboradores estrechos, la ministra de Cultura y Turismo, Mariana Juri, y el subsecretario de Información Pública, Pablo Sarale.
Rodolfo Suárez se aisló inmediatamente cuando tomó conocimiento de que el coronavirus impactó en dos de sus colaboradores y lo mismo hicieron los funcionarios que tomaron contacto con ellos, no solo varios ministros, sino también personal administrativo y de apoyo, incluyendo mozos y choferes. Por eso mismo, el Gobernador decidió mantenerse en teletrabajo, hasta que se conocieran los resultados de todos los testeos realizados.
La información del hisopado negativo fue confirmada a la prensa mendocina por el propio mandatario provincial, quien también anticipó que mantendrá por zoom un encuentro con Roberto Alexander, presidente de la Cámara de Comercio Argentino Americana, AMCHAN, integrada por 580 empresas.
La situación epidemiológica de Mendoza se complicó en las últimas semanas, al punto que se colocó entre las pocas provincias argentinas que superaron los 10 mil contagios. Ayer, el total llegó a 10472 y 152 muertos y hay expectativa en la provincia acerca de las decisiones que tomará el gobierno, si volver a una fase 1 o restringir algunas actividades.
El 80% de las camas de terapia intensiva en la ciudad de Mendoza están ocupadas y el 72% de las que están en el interior provincial, por lo que es una posibilidad cierta, que todavía nadie confirma. Ayer, en el informe diario brindado por el Ministerio de Salud, la secretaria de Acceso a la Salud, Carla Vizzotti, incluyó al Gran Mendoza como una de las zonas donde el sistema de salud está en tensión, sumando a la capital de Jujuy y General Roca, en Río Negro.
Alberto Fernández tenía planificado viajar ayer lunes a Mendoza, e incluso el viernes el Gobierno nacional envió un avión con insumos sanitarios y un grupo de funcionarios “de avanzada” para preparar la llegada de la comitiva. Sin embargo, cuando se tomó conocimiento que había contagios cerca del círculo del Gobernador, se le recomendó al Presidente la inconveniencia de la visita.
En rigor, tenía igual propósito con Jujuy, otra provincia opositora castigada por el COVID y también quedó se postergó.
Los viajes presidenciales al interior fueron suspendidos hace tres meses cuando era el AMBA una de las pocas regiones afectadas. Fernández pretendía mostrar que la actividad económica que se estaba desarrollando normalmente, pero su propia presencia y la de su comitiva generaba inquietud entre la población de cada una de las provincias.
Ahora la situación no está mejor. En AMBA los contagios continúan pero crecieron en forma exponencial en muchas provincias, lo que está generando preocupaciones en materia sanitaria, pero también económica y social, ya que están cerrados los ingresos a muchas localidades, el comercio se dificulta y las disputas locales se acrecientan.
En Mendoza suponen que los contagios se dispararon por las fiestas de los jóvenes, uno de los pocos espacios de recreación disponibles. Por eso, el Gobernador analiza la posibilidad de prohibirlas explícitamente, en lugar de tomar la decisión de volver a Fase 1, lo que obligaría a un cierre masivo de comercios, ya decaídos por la falta de turismo.
Suárez tomaría estas decisiones hoy mismo, luego de monitorear la situación con la ministra de Salud y Desarrollo Social, Ana María Nadal, y el equipo epidemiológico que lo asesora.