Una millonaria de nombre Maria Assunta le dejó en herencia a su gato Tomasso una lujosa villa, varios departamentos en Roma y Milán y terrenos en Calabria que ascenderían a 10 millones de euros.
Según publica el diario Il Messaggero, Assunta, de 94 años viuda y sin hijos, escribió un testamento en el que legaba a su gato negro callejero Tomasso toda su fortuna, lo que lo convirtió en uno de los felinos más ricos del mundo.
El patrimonio de la difunta asciendería a 10 millones de euros e incluye una lujosa villa, varios departamentos en Roma y Milán y terrenos en Calabria.
No obstante, como la legislación no permite en Italia las herencias a los animales, se designó como tutora a una enfermera que trató a la anciana que confesó que no le gustan los gatos. El destino final de la fortuna es todavía una incógnita.
