Un mendocino compró un teléfono sumergible, se le rompió y la empresa deberá indemnizarlo

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La empresa de telefonía Claro deberá indemnizar por $30.000 a un mendocino que compró un celular que dejó de funcionar luego de ser sumergido en el agua, algo que, según el aviso, estaba apto para soportar.

El demandante, identificado como Hugo Hernán Vegas, había adquirido un Sony modelo Xperia Z1 de manera telefónica. De acuerdo a las publicidades y a su descripción, era resistente al agua y al polvo. Pero dos meses después, el dispositivo nunca volvió a funcionar.

La Justicia ponderó, a partir de las actuaciones notariales labradas por la escribana Ana Linares, la publicidad en la página web oficial de Claro que claramente anuncia: “No dejes de hacer fotos bajo el agua. Con el XP Z1 resistente al agua puedes hacer fotos mientras te bañas en agua dulce durante un máximo de 30 minutos. Incluso puedes sumergirlo hasta un metro y medio de profundidad”. Para que no queden dudas, el anuncio subraya de manera textual “Xperia Z1 sumergible”, junto a una imagen del smartphone bajo el agua.

Por su parte, Claro hizo la prueba de experiencia del teléfono, en la que realizaron la inmersión de un equipo de telefonía similar en una jarra con 1.100 mililitros de agua. Posteriormente, el equipo funcionaba. Sin embargo, esta prueba “no rebatió los categóricos términos de la publicidad referida, ni surge de la misma que los desperfectos del equipo sean atribuibles a un uso inidóneo”.

“La introducción en un recipiente plástico, de escasos centímetros de profundidad, no es precisamente el uso que el adquirente de un equipo promocionado como sumergible pretende asignarle. Tampoco el tiempo de duración de la experiencia -alrededor de 6 minutos- permite reproducir la forma de utilización ofertada”, explicaron las juezas Alejandra Marina Orbelli, Silvina Miquel y Marina Isuani.

En consecuencia, la Primera Cámara Civil falló a favor del demandante y obligó a Claro indemnizar por $31.316 más intereses a Vargas por el teléfono que dejó de funcionar tras no soportar sumergirse, como tanto aseguraba la publicidad.

El monto surge a partir de $10.000 por daño moral, otros $10.000 por daño punitivo y $11.316 por daño material, además de pagar los honorarios de los abogados.
Los Andes

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