Los argentinos consideran al cambio climático, la contaminación del agua y la gestión de residuos como los principales problemas ambientales que enfrenta el país, de acuerdo con los resultados de una encuesta que indagó sobre la opinión pública en torno a la ecología, el comportamiento individual y las acciones tomadas por los gobiernos, tanto nacional, provincial y municipal.
Se trata de un tema que aborda uno de los tópicos que en el gobierno de Javier Milei dejó de estar entre las prioridades. Para el líder libertario la agenda ambiental forma parte de una estrategia política de sectores de izquierda con los que ideológicamente está dispuesto a confrontar. De hecho, el antiguo ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible fue disuelto y quedó incorporado, como subsecretaría, a la secretaría de Turismo, Ambiente y Deportes del Ministerio del Interior.
Así lo reveló una investigación de la Fundación Colsecor, que estuvo a cargo del experto en opinión pública Mario Riorda, y que se tituló “Hallazgos sobre la cuestión ambiental en Argentina”, acerca de los problemas y percepciones respectos a prácticas ambientales y gestión de residuos. El trabajo se basó en la consulta de 1.465 casos, con un margen de error 2,62% y un nivel de confianza de 95,5%.
En la encuesta y frente a una serie de opciones valorativas, las personas consultadas coincidieron ampliamente (porque están “muy de acuerdo” o “algo de acuerdo”) en que el ambiente debe ser protegido cueste lo que cueste (94,1%). También se detectó amplio acuerdo con que el deterioro ambiental puede detenerse con un cambio en el modo de vida (93,4%) y con que en los últimos diez años la situación ambiental empeoró considerablemente en el país (90,4%).
Las otras dos afirmaciones que recogió los mayores porcentajes de acuerdo son el reconocimiento de una conciencia ambiental (90%) y que la elección de un consumo energético se relaciona con el estilo de vida (89,2%). Otra vez, las mujeres están más de acuerdo que los varones en estas afirmaciones. Solo un 20,8% está de acuerdo con que el cambio climático no es un problema del que haya que ocuparse.
¿Quiénes son los principales responsables del cuidado ambiental? Como se dijo antes, la responsabilidad del cuidado ambiental está centrada en el nivel más cercano a cada persona ya que son las comunidades (79,4%), el municipio (78,9%) y las personas individualmente consideradas (78,4%) los señalados como principales responsables. “Es notable el acento en la responsabilidad individual en especial si se compara con el hecho de que solo el 8% indica que participa y opina frecuentemente en la creación de políticas públicas ambientales, en tanto el 18,8% indica no participa ni opinar frecuentemente en la creación de políticas públicas ambientales, pero lo haría si supiera dónde hacerlo”, estableció el trabajo.
Las personas le dan mucha importancia a la responsabilidad individual en el cuidado del ambiente, pero se implican poco en las políticas públicas y en organizaciones o actividades de promoción del ambiente. Parece ser más relevante el comportamiento micro de acciones individuales. Esto le da al actual momento una explicación: más allá de lo que diga un gobierno o, incluso, un presidente, el cuidado del medio ambiente tiene que ver, según este muestreo, en lo que haga cada uno en su metro cuadrado.
No obstante, es amplio el acuerdo respecto a que las leyes en el país no son suficientemente estrictas para castigar a quienes dañan el ambiente (87,6% entre quienes están “muy y algo de acuerdo”) siendo estas las jurisdicciones responsables de la producción legislativa en la materia. El 75,8% cree que las empresas e industrias son responsables del cuidado ambiental (suma las opciones “muy responsable” y “bastante responsable”).
Con este escenario, la práctica ambiental que las personas en Argentina declararon realizar con más frecuencia se relaciona con adoptar medidas para economizar energía (77,4%) tales como apagar las luces, desenchufar equipos que no se usan, comprar aparatos con bajo consumo de energía. La segunda medida más frecuente es tener hábitos amigables con el ambiente (60,1%), como usar bolsas reutilizables para hacer compras, adquirir productos con un empaquetado mínimo, tener una alimentación con bajo impacto ambiental. En tercer lugar, quienes respondieron la encuesta indican tomar medidas para economizar agua (56,6%): reutilizarla, tomar duchas cortas, no regar.
Casi 50% dijo separar sus residuos (49,1%). ¿Por qué razón? La mayoría respondió que es por falta de costumbre (48,6%), luego porque no hay dónde reciclar/dejar los residuos cerca de su casa (26,1%), un porcentaje menor dice que no separa por comodidad (8,3%), porque no vale la pena porque después se junta todo (6,4%) o por falta de información (6,1%). En menor medida se aduce falta de tiempo (2,5%) y porque no le importa el tema del reciclaje (1,8%).
Muchas de las medidas que las personas indican tomar tienen que ver, también, con ahorros económicos. Estas prácticas parecen consistentes con el alto porcentaje (49,6%) de quienes indican estar muy de acuerdo con la afirmación “cambio mi comportamiento ambiental cuando puedo ahorrar dinero (electrodomésticos de bajo consumo, uso de bici, uso de reutilizables)”.
A aquellas personas que separan sus residuos se les preguntó qué separan y cómo lo hacen. Un 58,3% dijo que dejan papeles y cartones por separado, en tanto un 57,2%, dijo hacer lo propio con los vidrios. Un poco menos, el 51,7% dijo separar el plástico aparte, mientras que el 41,3% declara disponer los residuos secos todos juntos. El 50,3% de las personas indican que separan los residuos orgánicos. Las mujeres son más propensas a separar que los varones ya que ellos responden en mayor proporción que disponen los residuos secos todos juntos.
Se preguntó a quienes separan sus residuos cómo los disponen. Un 43,5% indicó que los dispone en los contenedores que ofrece la empresa y/o municipio de limpieza en la ciudad, en tanto un 27,2% declaró que se los da a alguien conocido que los recolecta para vender. Un porcentaje mucho menor (13,4%) señaló que los lleva a un punto verde (público o privado).
Los habitantes de las ciudades de entre 10 y 35 mil habitantes llevan sus residuos a un punto verde (público o privado) en mayor proporción que quienes viven en ciudades más pequeñas o más grandes, incluso cuando el 40,7% aseguró que no hay dónde reciclar/dejar los residuos cerca de su casa. Por otro lado, en las ciudades de menos de 10 mil habitantes la opción de disponerlos en los contenedores que ofrece la empresa y/o municipio de limpieza en la ciudad fue la más seleccionada y mucho más que en las ciudades grandes donde es más frecuente dárselos a alguien conocido.
Sobre las estrategias más usadas para desechar residuos electrónicos -de celulares a televisores o heladeras- son dejarlos en un contenedor previsto a tal efecto (contenedor, punto verde, cooperativa) y donarlos. Un 42,4% de las personas encuestadas indicó que en su localidad no hay un espacio dispuesto específicamente para desechar residuos electrónicos, por lo que cuando se indaga sobre cuáles medidas de reducción de la contaminación por residuos electrónicos tendrían mucho impacto, la elegida en mayor proporción fue que los gobiernos dispongan de infraestructura para su reciclaje (65,0%).
En segundo lugar, apareció que las empresas se responsabilicen por los aparatos que producen y venden (64,7%) y en tercer lugar que se desarrollen campañas de información para que los consumidores conozcan los riesgos de la mala disposición de los residuos electrónicos (63,7%). Sobre esto, el estudio abordó cómo se informa la gente sobre temas ambientales y en esto no hubo sorpresas. Las redes sociales (93,8% entre quienes miran “mucho” estos contenidos -45,2%- y quienes “miran a veces” -48,6%-) son las vías más usadas. En segundo orden están las notas de divulgación en revistas o diarios (79,2% entre quienes miran “mucho” estos contenidos -15,6%- y quienes “miran a veces” -63,6%-).
En conclusión, el informe proporcionó una visión detallada de las preocupaciones y prácticas ambientales en Argentina, destacando la importancia de la educación ambiental, la mejora de la infraestructura de reciclaje y la participación ciudadana en la toma de decisiones ambientales. Con un enfoque colaborativo y acciones concretas, de acuerdo a este trabajo, el país podría avanzar hacia un futuro más sostenible, pero sin depender sólo de acciones de gobierno.
Fuente Infobae