En diciembre, Alfredo Cornejo volvió a ser electo presidente del Comité Nacional de la UCR y asumió como diputado nacional. Por primera vez la vicepresidencia 1° fue para una mujer, Alejandra Lordén. En paralelo Cornejo terminó su mandato como gobernador en Mendoza, provincia que junto con Santa Fe no habilitan la reelección de sus mandatarios y tendrá más disponibilidad para el rol de jefe del partido. Aunque desde el 10 de diciembre la UCR mostró un rol muy activo desde lo institucional, con posiciones respecto a Bolivia, la ley de emergencia, el quórum y el debate por la emergencia bonaerense, insiste en que todas las definiciones deben consensuarse dentro de Juntos por el Cambio. De paso por Buenos Aires, y mientras el Congreso no sesiona, habló con Infobae:
-¿Cómo evalúa el primer mes del gobierno de Alberto Fernández?
Es difícil tener una evaluación, no sólo definitiva, porque es sólo un mes. Pero, además, porque a un gobierno hay que darle tiempo para poder evaluarlo. Este primer mes tiene aspectos positivos en su interés por buscar el equilibrio fiscal, en desindexar la economía con mucho poder político, en no entrar en default… Suena bastante bien. El punto es que todas esas cosas tienen un doble discurso. Se busca el equilibrio fiscal pero con un aumento de impuestos muy fuerte. Cuando se acepta eso se dice ‘le sacamos a los ricos para darle a los pobres’. No es cierto, le están sacando a la clase media. A la larga se va a correr el velo. En marzo, abril, todo el mundo se va a dar cuenta que esto es así. Va a pagar Bienes Personales gente que tenía un patrimonio de 30.000 dólares y gente que antes no pagaba Ganancias va a pagar Ganancias. El ajuste por inflación va a perjudicar a algunas empresas pequeñas. Los jubilados, salvo el de la mínima, van a ver congelados sus ingresos. Si todas estas cosas que tienen una mirada positiva de buscar el equilibrio fiscal, no entrar en default y desindexar, se hablaran con la verdad, si se dijera que es un ajuste fiscal para sanear la economía y no se lo revistiera místicamente, engañosamente, el balance sería positivo. Ese doble discurso es el que está haciendo daño porque genera luego una crisis de expectativa. Y tiene cosas negativas que tienen que ver con la Justicia. Se está intentando dar impunidad a hechos de corrupción. Esto de que hay presos políticos… no es así, hay políticos que están presos por hechos de corrupción. La mayoría con prisión domiciliaria.
-El Presidente pidió no hablar de presos políticos. Pero cuestiona que estén detenidos durante el proceso
Eso es un punto muy de abogados, cuando en realidad tenemos que conversar entre ciudadanos. Las prisiones preventivas largas en Argentina son producto de un funcionamiento malo del Poder Judicial en cuanto a procesos largos de corrupción y también en materia de delitos violentos importantes como homicidios, robos agravado, donde las prisiones preventivas se estiran y los procesos son largos con abogados chicaneando esos procesos y la prisión preventiva se transforma en un elemento para no agravar la situación de impunidad o de retardo de las causas. Preferiría hablar de elevaciones a juicio rápidas donde se declaren culpables o inocentes los hechos de corrupción.
-Si eso ocurre y si el Poder Judicial actúa según el contexto político como parece verse, ¿coincide con Alberto Fernández respecto a que es necesaria una reforma judicial?
Si. Coincido en ese diagnóstico. Hay muchos jueces, yo no diría que son todos, que van al ritmo de la política en sus causas de corrupción y demás y coincido con él. Lo que no sé es si una reforma judicial soluciona este problema. Y además no se sabe cuál es el contenido de esa reforma judicial. Y tengo el legítimo derecho a sospechar que esa reforma judicial no quiera garantizar impunidad. Se ha visto lo que está pasando con el caso Nisman, que desde el Gobierno se intenta sacar a Cristina de la responsabilidad sobre el caso. Y se ha visto un criterio en materia de seguridad negativo. La nueva ministra está tratando de desarmar un concepto que venía dando resultados en la Argentina de lucha contra el narcotráfico. Se están diciendo cosas que chocan el sentido común, ordenan que los policías no anden con arma fuera de servicio y la eliminación del protocolo de las pistolas Taser. Se está dando marcha atrás a cosas que han sido positivas y que han dado resultado en Argentina.
-Retomo el inicio de la charla. Respecto a que el ajuste afecta más a la clase media, ¿el gobierno de Cambiemos no perjudicó también a esa parte de los argentinos? Usted mismo criticó al entonces ministro Juan José Aranguren y el aumento de tarifas
Si. Es cierto. La Argentina necesita un sinceramiento de su economía. Para eso, echarle la culpa al gobierno anterior sin ver un trazo mucho más grueso no creo que contribuya a encontrar la solución. La Argentina tiene el mismo Producto Bruto Interno que en 2010 cuando éramos 40 millones de habitantes. Hoy se estima que somos entre 43 y 44 millones de habitantes. La misma riqueza para distribuirla en más gente, además de que está mal distribuida. Y además está el deterioro que tiene nuestra economía por alta inflación. Si no crecemos vamos a seguir teniendo los mismos problemas aunque contengamos la inflación. No hay ningún elemento que haya hecho crecer la economía del 2010 hasta aquí y ha gobernado Cristina, ha gobernado Macri y está gobernando Alberto Fernández. En materia de tarifas, si este congelamiento lo pagan las empresas de gas, las eléctricas, las distribuidoras, si asumen ese costo, bienvenido. Si el Gobierno va a hacer lo mismo que se hizo con Cristina que ese congelamiento se dan vuelta y lo pagan con subsidios el resto de los contribuyentes, vamos a seguir reproduciendo el problema. Si se lo hacen pagar a las empresas por estos 120/180 días bueno, perfecto. Ahora hay que tener una salida para los 180 días. Esa misma discusión se dio en el anterior gobierno y se produjo ese congelamiento por un tiempo pero necesitamos encontrarle una solución a los temas de petróleo, convenios colectivos que ayuden a encontrar productividad… Se requiere un paquete integral no solo el congelamiento.
-Desde que Mauricio Macri dejó el poder no se expresa públicamente, ¿le parece sano para esta etapa?
Hoy es importante que la oposición se mantenga unida, que converse estos temas estratégicos y estar predispuesto al diálogo con el Gobierno, no solo el radicalismo sino todo Cambiemos. Tiene que haber unidad. Todo lo que hagamos tiene que ser de común acuerdo.
-Entonces… ¿Mauricio Macri mantiene el liderazgo de Juntos por el Cambio?
No hay un único líder de Cambiemos en la oposición, es lógico que sea así. Vale para Mauricio Macri pero también vale para cualquiera de nosotros, no hay un liderazgo único. Sí creo que hay una armonía entre nosotros con Horacio Rodríguez Larreta, Martín Lousteau, los gobernadores radicales, Rodolfo Suárez, Gerardo Morales, Gustavo Valdés y otros referentes que no han sido ganadores en sus provincias pero que el prestigio, como el de María Eugenia Vidal, necesitamos que esté presente. Las autoridades de la Coalición Cívica y del radicalismo tienen que estar en esa mesa. Y del PRO, obviamente. Desde ahí tenemos que construir una alternancia. La Argentina necesita un buen gobierno, pero también necesita una buena oposición.
-Mientras se debatía la ley de emergencia y consensuaban la estrategia de Juntos por el Cambio el ex presidente Mauricio Macri se fue a Qatar a ver un partido de fútbol. ¿Le molestó?
Tiene derecho a hacer su vida personal, no es cuestionable que él haga un viaje. Y me parece que su colaboración en esta primera etapa, siendo prudente y no opinando, ha sido mejor que si hubiese estado opinando. Si no, hubiese corrido el eje de la discusión. No veo que haya actuado mal en este tiempo.
-¿Hace mucho que no habla con Macri?
He estado mandándome mensajes sobre algunos temas de coyuntura. No he hablado pero sí me he mandado mensajes.
-¿Se puede saber qué hablaron?
Intercambiamos ideas sobre lo que está haciendo el nuevo gobierno nacional y sobre lo que debe hacer la oposición. Intercambiamos mensajes, no más que eso.
-¿Ve señales de pos-grieta?La primera reunión con gobernadores que tuvo Alberto Fernández fue con los tres radicales para hablar sobre la ley de emergencia
Me parece muy bien. El jueves el gobernador de Mendoza se reunió con el jefe de Gabinete y han tenido una buena reunión y derivado de esa reunión hay dos o tres ministros que ya se han puesto en contacto para organizar cosas en Mendoza que ya las anunciará el gobernador. Ese diálogo debe existir. También debo advertir que todo este paquete de nuevos impuestos fortalece al Estado Nacional y hace que las provincias tengan más necesidad de asistencia porque no todos estos nuevos impuestos son coparticipables.
-¿Cómo ve la jubilación de Elisa Carrió?
(Se ríe) ¿Jubilación? Creo que ella ha contribuido mucho en la Argentina a instalar debates que otra gente no se animaba como la anticorrupción. Creo que el neto del paso por la política argentina ha sido positivo, ha contribuido. En el caso de Cambiemos entiendo que es parte del activo que tenemos y hoy día necesitamos a todos. También la necesitamos a ella con sus contribuciones.
-¿Y María Eugenia Vidal?
Es una dirigente que tiene un futuro por delante porque se ha ido con prestigio y creo que es una referencia que tenemos que cuidar, proteger e impulsar para el futuro inmediato.
-Algunos creen que el próximo candidato a presidente de la oposición sería Horacio Rodríguez Larreta
¿Por qué no?
-¿O preferiría un radical?
Puede ser un radical, puede ser él, puede ser una mujer. No descarto a nadie.
-¿En la próxima elección el radicalismo tendría que tener un precandidato? Usted lo pedía en 2019
Creo que el radicalismo dentro de esta coalición tiene un aporte sustantivo que ninguno de los otros dos partidos puede hacer, tiene un desarrollo territorial. Hoy, por tradición familiar, por simpatía, por identidad construida en el imaginario social, en cada pueblo de la Argentina hay alguien que se siente orgulloso de ser radical. Ese desarrollo territorial es el único partido de la coalición que lo tiene. Nuestro papel en el futuro inmediato es clave. Tener un candidato para los 43, 44 millones de argentinos requiere de una serie de consideraciones superiores a tener la estructura política más desarrollada. No imagino al radicalismo construyendo una candidatura presidencial fuera de esta coalición.
-¿Pero sí podrían construir un precandidato dentro de la coalición? Tienen cuatro años
Por supuesto. ¿Por qué no puede ser un gobernador?
-¿Y Martín Lousteau?
Lousteau, por supuesto
-¿Y un ex gobernador?
Un ex gobernador también.
-¿De Mendoza?
(Se ríe) Puede ser pero no estoy ambicionando eso yo hoy día. Categóricamente. Pero no veo mal todas esas figuras que ha mencionado.
-El radicalismo se percibe en un rol de oposición fuerte, en defensa de las instituciones. Usted defendió que los diputados dieran quórum para la jura de los diputados que reemplazaban a los peronistas que se fueron a cargos ejecutivos; marcó posición respecto a Bolivia… ¿El radicalismo pretende ser la fuerza que le marque límites institucionales al Frente de Todos?
Sin duda. El radicalismo está llamado a tener un papel preponderante en la coalición pero no atropellar al resto, ni a la Coalición Cívica ni al PRO ni a sus dirigentes. Creo que podemos imponer nuestras ideas trabajando como estamos trabajando y también estar abiertos a ceder cuando tiene que ser. Tenemos muchas chances dentro de cuatro años de que los argentinos nos den una oportunidad de gobernar pero tenemos que hacer una buena oposición, y una buena oposición no es oponerse a todo pero tampoco es estar complaciente con el poder de turno.
-Durante la presidencia de Macri se vio que el radicalismo tenía cierta incomodidad para defender calgunaspolíticas. ¿Ahora siente cierta incomodidad para criticar algunas políticas? El caso de Bolivia marcó diferencias entre ustedes y el PRO
Lo importante es que Evo Morales no escuchó el pronunciamiento categórico del pueblo boliviano en el plebiscito. Y además lo concreto es que manifiesta una expresión que no tiene nada que ver con el sistema democrático, por ejemplo organizar milicias populares. Eso es infinitamente más fuerte que todo el resto de las discusiones. Creo que el radicalismo en general, no yo en particular, tiene una propensión a estar más cómodo en la oposición que en el oficialismo, lo incomoda estar en el oficialismo. Tenemos que ser una buena oposición. Estamos perfectamente preparados para gobernar la Argentina y eso lo debemos construir. Debemos sentirnos cómodos con estar preparados para gobernar la Argentina, eso es lo que pretendo construir, esa nueva cultura del radicalismo.
-¿Los gobernadores están condicionados? Porque tanto Gerardo Morales como Rodolfo Suárez y Gustavo Valdés parecen tener ya un muy buen diálogo con el Gobierno y fueron quienes pidieron dar quórum para la ley de emergencia
Las provincias argentinas han tenido en los cuatro años de Macri la mayor cantidad de recursos que en la historia de por lo menos los últimos 20 años de la Argentina, antes de los Pactos Fiscales de Menem, Cavallo, etc, que es donde se retrajeron recursos de las provincias hacia la Nación. La mayoría de las provincias argentinas contrajo compromisos con sus empleados públicos en paritarias de cláusulas gatillo. Con una inflación del 53,8% anual esas cláusulas gatillo fueron comiendo los superávit de muchas provincias. De hecho hoy hay 10 provincias, seis que ya han sido asistidas por el Gobierno nacional y cuatro que están en proceso con adelantos de Coparticipación. Y a su vez el paquete fiscal que aprobó el Congreso, el principal ingreso que se firmó, son las retenciones al agro que no son coparticipables a las provincias. Se está configurando un nuevo esquema como al principio del gobierno de Kirchner y básicamente los gobiernos de Cristina donde las están empobreciéndo fiscalmente y la Nación está tomando nuevos recursos. El problema que tiene la Nación es la deuda pero controlado el tema previsional la Nación puede resolver sus problemas fiscales. Si renegocia la deuda quedará con caja y las provincias si no hacen buenas paritarias estatales van a empezar a tener problemas. Vale este panorama para todas las provincias argentinas no para las tres que administra el radicalismo. Los tres gobernadores radicales sin dudas quieren privilegiar una buena gestión de sus territorios y nosotros acompañamos esa estrategia, pero no se podrá supeditar la política de todo el radicalismo nacional a la administración de las tres provincias. Entiendo que lo comprenden y lo saben los tres gobernadores y quiero creer que lo comprende Alberto Fernández.
-Se debatirán en el Congreso las jubilaciones de privilegio de jueces y diplomáticos, ¿el radicalismo está a favor o en contra?
Veremos cuáles son los proyectos porque acá se presenta todo como solidaridad y después no es tan solidario. Se presentan en forma rimbombante. Hay que ver cuál es el contenido y cuando tengamos el contenido tendremos una posición.
-¿Y el pliego de Daniel Rafecas para la Procuración lo van a rechazar?
Todas las decisiones estratégicas para mí deben ser consensuadas entre los tres partidos y tener unidad y criterio en los tres partidos. Alberto Fernández está perdiéndose una gran oportunidad de que un cargo que es vitalicio y muy important, tenga un alto consenso de oficialismo y oposición. Y probablemente esté cometiendo el mismo error que Mauricio Macri cuando intentó imponer también un candidato. Podría ser una gran oportunidad para un gran acuerdo. Pero se debía empezar de otra manera.
¿Entonces Rafecas no le gusta para el cargo?
No tengo ninguna posición personal, no lo conozco, no tengo una opinión formada. Lo que hagamos va a ser de común acuerdo entre los tres partidos.