Cosquín para cantar y bailar

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¡Aquí Cosquín! Se aproxima la hora y pareciera que todos corren de aquí para allá, que se mueven animados por una especie de frenesí especial. Será porque todos quieren estar en todas partes, que nadie quiere perderse nada de lo que en cada rincón, desde el río hasta la Plaza San Martín, desde las peñas y los patios, ofrece una ciudad en estado de festival.

Apenas pasadas las 22, cuando en el escenario mayor que lleva el nombre del mayor, Atahualpa Yupanqui, estalló el grito de bienvenida esas ganas de estar en todos lados se concentraron en el epicentro de la brega festivalera: la Plaza Próspero Molina. Ya habían pasado la bendición del cura, el himno nacional cantado por coros vacacionales coscoínos y el recuerdo de los que se fueron en el último año. Ante el aplauso de una plaza que se entibiaba, pasaron la imágenes queridas de María Elena Walsh y Chango Farías Gómez, entre otros.

El Himno a Cosquín preludió el grito y las campanas y los fuegos, mientras en la arenga Marcelo Simón se preguntaba si estaban todos, y recordó los nombres lustraron las tablas de ese escenario. Enseguida, el Grupo Ceibo, como corresponde a una de las consagraciones del año anterior, abrió el espacio musiquero con ese estilo enfático que propicia el mejor ánimo festivalero.

El dúo Primera Junta, ganadores del Pre Cosquín en el rubro Dúo Vocal, que con voces bien tratadas y sensibilidad ofrecieron buenas versiones de Canción de lejos y la chacarera Cielo e infierno, dieron continuidad a la noche que llegó a uno de sus puntos más altos con Eleonora Cassano. La bailarina, que eligió el festival de Cosquín para comenzar su despedida, ofreció momentos de gran danza, junto al Ballet Camin a Ballet Internacional de la Costa, bajo la dirección de Osvaldo Ues. Se llevó el gran aplauso de la primera parte de la noche, esos mimos del público que seguramente abrigan tanto como el poncho coscoíno con el que representantes de la Comisión organizadora la distinguieron.

El programa prosiguió el conjunto de malambo El Viejo Algarrobal, ganador del Pre Cosquín, cuyos miembros levantaron polvareda. Posteriormente, la conductora Maia Sasovky, vestida en alusión al poncho coscoíno, presentó a Franco Luciani, otro de los consagrados de este festival. Con una actuación desbordante, el armonicista rosarino dejó en claro que es uno de los mejores intérpretes que tiene y tuvo el folklore. Versiones de La alejada y el propio A vos te encanto, agregaron brillo a una noche que se armaba de la mejor manera.

Finalmente, poco después de la medianoche llegó el Chaqueño Palavecino, cuya actuación estaba prevista en una hora de duración, y detrás de él una larga lista que prometía prolongar la primera noche hasta el alba del segundo día, con artistas Mariana Carrizo, Mariana Cayón, Raúl Palma, Mario Álvarez Quiroga y la delegación de Ecuador.

Fuente: La Voz del Interior

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