Las autoridades nacionales han asumido públicamente su compromiso de adhesión a la propuesta mundial de la Asamblea General de las Naciones Unidas que ha declarado los años 2011-2020 como el «Decenio de Acción para la Seguridad Vial».
Los gobiernos adherentes deben proponer metas realistas para disminuir los muertos y heridos en el tránsito y comprometerse en «acciones concretas» para alcanzarlas.
Para contribuir al éxito, la Organización Nacional de las Naciones Unidas elaboró un plan mundial, como una guía de acciones destinada a todos los actores sociales comprometidos con esta causa: gobiernos locales y nacionales, organizaciones no gubernamentales y empresas, entre otros.
La asociación civil Luchemos por la Vida destacó la importancia de impulsar, «prioritariamente», algunas áreas que resultan «indispensables para reducir significativa y rápidamente la mortalidad en el tránsito».
Según detalló la asociación, estos son: la generalización de controles eficaces en las calles y las rutas para que aseguren el cumplimiento de la ley, especialmente en lo referente a las velocidades máximas, al control de alcoholemia, al uso de cinturones de seguridad y de cascos.
Asimismo, propone una serie de sanciones efectivas a los infractores:
Acelerar la unificación de un sistema nacional de licencias de conducir serio y responsable uniforme para todo el país, que incluya la licencia por puntos.
Además, planteó que se implemente la educación vial sistemática y continua en los programas de estudio de escuelas preescolares, elementales y medias con una adecuada capacitación a los docentes.
Del mismo modo, pidieron que se realice una planificación urbana que asegure un tránsito fluido, ordenado y que tienda a minimizar el riesgo de los más vulnerables en el tránsito.
«Sólo así podremos ver, en unos años, que la leve baja de los muertos que hoy esbozan las cifras es el inicio de una tendencia sustentable, con menos costos en vidas, sufrimiento y dinero», aseguraron desde Luchemos por la Vida.
