Nació en Mendoza el 18 de agosto de 1889.
Llegó a Santiago del Estero, con cuatro hermanos, para disfrutar de los días acogedores del invierno.
Lo cautivaron las nubes que se difuminaban para posibilitar la salida del sol y se teñían luego de oro. Las historias de los lugares recónditos y los mitos y el fogoso espíritu de la gente bandeña de esos tiempos.
Don Pedro Bessone ya nunca dejó estas tierras que sintió omo propias.
A los dieciséis años era un hombre mayor, responsable, capaz de conducir laboral y económicamente a toda su familia.
Abrazó con amor la actividad farmacéutica, quizás por seguir la carrera ejemplar de su padre y de sus tíos Ricardo y Heriberto Vignolo. Actuó siempre con dignidad e idoneidad en su profesión.
El tenía el convencimiento de que el sufrimiento y la pobreza eran para Dios las más altas dignidades de la vida. Por ello entregó sus afanes a prestar apoyo a los más necesitados.
¿Quién no fue a la farmacia de don Pedro a solicitar que le preparara un remedio?
¿Quién no le consultó sobre sus dolencias, pidiéndoles consejos?
La política apasionó a este hombre y muchas horas le entregó. Algunas le otorgaron felicidad y satisfacciones. Otras, recuerdos tristes y sinsabores.
Por su actitud de hombría de bien, se lo eligió varias veces como candidato a diputado y senador. Llegó a desempeñar el cargo de jefe político de La Banda.
Las instituciones sociales, culturales y deportivas recibieron su empuje y trabajo tesonero:
_Socio fundador de las dos bibliotecas mayores de la ciudad: Rivadavia y Alberdi.
_Socio fundador y presidente del Club Social.
_Socio Fundador del Club Sirio Libanés y miembro de comisiones directivas.
_Presidente del Club Sarmiento y Centro Recreativo.
_ Vocal primero en la comisión directiva que diera origen en 1926, al Centro de Comercio e Industria de La Banda.
Murió a los 96 años con plena lucidez.
Hasta último momento ocupó diariamente un lugar insuplantable en su farmacia.
Nunca aceptó reconocimientos. Nunca quiso brindar detalles de su vida. Sus descendientes respetan, aún a través del tiempo, esas decisiones de don Pedro.
En su tiempo él fue un lúcido observador de los acontecimientos bandeños; un ejemplar vecino que supo acumular ocurrentes anécdotas. Por todo ello se puede afirmar que don Pedro se constituyó en un ser humano difícil de olvidar.
Fue un ciudadano que trazó un sendero luminoso dentro de la historia de La Banda.
Fuente: La Banda y su Gente Tomo I.
Autor: Lidia Grana de Manfredi.