Este martes, en la parroquia Cristo Rey se celebró la misa en el marco de la fiesta anual en honor a Nuestra Señora de la Dulce Espera. En la oportunidad el padre Gastón Cuello instó a los presentes a cuidar la vida en sus distintas etapas.
Cabe indicar que a lo largo de este mes, los fieles rezaron la novena que se desarrolló con el lema, «María, mujer de oración, que tu marternidad divina sea consuelo y esperanza».
En su homilia el párroco de Cristo Rey reflexionó, «que hermoso el don maravilloso de la vida que nos llena de esperanza. Dios ha pensado en nosotros y nos amó«.
Más adelante instó a las familias presentes, «a ser los actores principales en nuestras vidas. Muchas veces queremos ser actores secundarios porque no queremos comprometernos y delegamos en otras personas lo que nos corresponde. No hay ninguna etapa de la vida que no sea importante, aprendamos a cuidarla y a entregarnos. La felicidad está más en dar que en recibir».
Por otra parte el sacerdote se mostró sorprendido porque en la actualidad observa que existe menos natalidad, «hay que repensarnos como sociedad. Cuando pienso sólo en mí no voy a encontrar la felicidad. Aprendamos de María cuando dijo sí».
«Vale la pena seguir apostando por la vida porque en ella está la bendición de Dios; en cada pancita está la mano de Dios. Pidamos a María que nos guíe para que podamos ver siempre el don de la vida como un verdadero regalo de Dios», concluyó el padre Cuello.
Tras la celebración, como cada 15, se realizó la bendición de las embarazadas, los bebés recien nacidos y las parejas que esperan por la llegada de un hijo a sus hogares.