¿Cómo te impactó la muerte del fiscal Nisman y todo lo que se vivió esta semana?
Sentí lo mismo que con las Torres Gemelas, la AMIA, la embajada (de Israel) y todo atentado terrorista brutal. Me sentí desprotegido por este magnicidio. Esperamos de los gobiernos protección, y sentir que nos dejan desamparados frente a cosas que son tan obvias y que uno las sabe… Me reconforta que la Presidente haya asumido que fue un asesinato, esto la compromete a investigarlo. Si esta mujer se va de su Gobierno habiendo aclarado esto, se irá con un nombre en la historia muy importante. Que lo acepte es un hecho maravilloso. Nunca aceptan nada, el INDEC, el cepo…
-¿Por qué pensás que la Presidente no habla y se expresa por carta?
Es una mujer a la que le debe costar hablar salvo de lo que ella quiere hablar. Es su grave error, es una lástima. En vez de mandar cartas debería hablar en cadena nacional y decir que es un espanto lo que pasó y dar sus condolencias. No hace falta todo ese panegírico, no dudo de todo lo que le pasó en su vida, pero no podemos hablar de todo lo que nos pasó en la vida para no hablar de lo que le pasó al otro. Esto genera mucho miedo. Ayer hablaba con el chofer en el auto que tomé y me dijo: «Tengo miedo», y así mucha gente. El dolor del pueblo es brutal, esto es un golpe a la sociedad, a la institucionalidad, a la República. Muy fuerte, ya estamos hartos.
-Vos viajás mucho, ¿qué cosas te despiertan envidia a la hora de comparar con Argentina?
La seguridad, la no impunidad, que de pronto La Infanta de España vaya a tener que ponerse en el banquillo de los acusados, no sé si ira presa, pero sí fue presa la Pantoja y fue casi presa Lola Flores… Acá no va preso nadie. Nuestro Vicepresidente va a la reasunción de Dilma en lugar de nuestro Gobierno decir: «No, córrase usted a un lado un ratito, hasta que su inocencia se pruebe». El mundo no nos toma en serio desde ese lugar. Somos un país generoso, un país trabajador, un país donde los médicos sin gasa son geniales, por eso los argentinos cuando se van a vivir a otro lado triunfan siempre. Estamos acostumbrados a esos altibajos, a adaptarnos, a esto que estamos viviendo y después se volverá a vivir… ¿Por qué nos quieren engañar de cosas que son obvias? Es una cosa que no lo puedo creer, nos toman de imbéciles. «No hay cepo» ¿Cómo no va a haber cepo? «No hay inflación» ¿Cómo no hay inflación? Yo no podría irme de acá porque me muero, amo mi país, amo la Argentina con pasión absoluta, mis padres están acá, sus cenizas, están mis abuelos. Tengo el derecho de opinar, la palabra miedo no me gusta, yo estoy en democracia, no estoy ofendiendo a nadie, estoy diciendo las cosas que siento. La voté a Cristina, y me parece una mujer inteligentísima, le tengo un gran afecto personal, pero no estoy de acuerdo con lo que hace.
«ME RECONFORTA QUE LA PRESIDENTE HAYA ASUMIDO QUE LO DE NISMAN FUE UN ASESINATO. NUNCA ACEPTAN NADA, EL INDEC, EL CEPO…»
-¿Te desilusionó después de haberla votado?
Sí, claro. La admiro profundamente, no entiendo por qué pasa todo esto, no lo entiendo.
-¿Cuales son para vos las principales deudas que nos está dejando esta gestión?
La inseguridad, la inflación que tenemos, que dicen que no pero es el 40%, y la educación. Hemos perdido dos generaciones de chicos que no saben qué pasa, que no saben leer casi, que no saben informarse.
-¿Nunca te interesó un cargo político?
No, mi cargo político es mi teatro. Cuando tuve que hacer «política» fue cuando hablé sobre la Ley de Matrimonio Igualitario. Me enfrenté en el Senado, hablé con mucho respeto, porque nadie tampoco tiene que estar de acuerdo con la ley. Que se entendiera que la homosexualidad no era solo una cuestión sexual, que tiene que ver con el amor, con la contención, con muchas cosas, y que la adopción era un hecho muy importante.
-¿Te cambió la vida el casamiento?
Estar con Santiago me cambió la vida absolutamente, primero que es un gran amigo, es un gran contenedor, un gran protector. Es mucho más joven que yo pero me maneja bastante bien. Disfrutamos tanto viajar, somos muy privilegiados en eso y nos divertimos tanto en todas partes.
-Tus padres han sido muy abiertos con vos.
Totalmente, sobre todo mi padre, cuando yo le dije sobre mi inclinación, muy angustiado, él me dijo: «Pepe, no te preocupes, se es hombre en la vida y no en la cama, Selo al 100%, no me jodas. Si tu padre te ha dado autorización, qué te importa el mundo» Así fue, yo no hago alarde, hablé de la sexualidad en toda esta coyuntura.
-¿Considerás que hay mucha discriminación todavía en la Argentina?
Sí, la hay, esto va a llevar generaciones, pero ahora hay una gran ventaja, la palabra discriminar es mala palabra. Esta generación de ahora no entiende cómo es que antes se discriminaba tanto, de la misma manera los hombres no entendían que las mujeres votaran y hoy en día es lo más natural. Todo tiene que ver con el paso del tiempo.
-Te escuché decir que no te gusta demasiado la televisión, ¿es así?
No es que no me guste, es que no la sé hacer… Lo que veo no me gusta, sinceramente deben haber programas muy bien hechos, pero yo no veo televisión. Todo lo demás, me parece que es una gran desculturización que estamos viviendo, que enseñan que el éxito es esta grúa mágica que sube a «X» persona, no entrenada, no preparada por la vida y cuando creen que está arriba lo sueltan porque son descartables.
«EL ÉXITO DE PRISCILLA ME CAMBIÓ LA VIDA, PORQUE YO NO TENÍA UNA PRESENCIA COMO ACTOR».
-Sos hiper cuidadoso de la estética. Tu perro «Quijote» tiene una correa Louis Vuitton…
Lo que pasa es que a mí me divierte. Yo pienso que él se va a enterar pero no sabe nada (risas).
-¿Te acompaña siempre «Quijote»?
-Yo tuve un perro que mucha gente conoció que se llamaba Junior, durante 12 años me acompañó y fue mi familia. El año pasado se murió y significó para mí una de las grandes pérdidas de mi vida, la criadora me ofreció regalarme otro al mes y me dijo: «No es reemplazar, quiero que lo tengas». Como estábamos preparando la obra, le puse Quijote y yo estoy seguro que Junior se metió en él para decirle: «Acompañalo, estate con él». Las cenizas de Junior las tengo al lado de la cama, viajo y las tengo conmigo. La gente puede decir: «¡Que raro, cenizas!». Sí, pero son las de él, como cuando tenía las de mis padres que ya después me desprendí, porque hay un momento en el cual uno se tiene que desprender.
-¿De quién heredaste esta cuestión estética, tus padres eran así?
Papá sí, se vestía espléndido, tenía el sastre de los presidentes, mamá fue siempre una mujer muy elegante. Ellos nos dieron una educación estupenda, a los 16 años viajamos por primera vez a Europa, nos compraron auto, departamento, fueron muy mágicos mis padres. Yo trabajé mucho, nunca soñé con tener dinero, a mí lo que me importaba era tener un éxito en un teatro, ser reconocido, que me gritaran bravo 200 personas.
-Estrenaron hace poco «El hombre de la Mancha» y es un éxito, ¿estás contento?
-Estoy superado, vengo de seis generaciones de teatro, yo siempre he sido un hombre que he cumplido mi sueños porque los he peleado. «Priscilla», por ejemplo, fue un personaje que hice porque yo golpeé la puerta y dije: «Quiero hacerlo». Ellos dijeron sí y me cambió la vida, porque no tenía una presencia como actor, era Pepe Cibrián el creador, pero no como actor. Fue tal el éxito que tuve gracias a Dios y a la repercusión del público, críticas, premios, que me picó esto de actuar, entonces decidimos hacer «El Hombre de la Mancha».
-¿No es muy desgastante?
Lo es, te diría que es más cansador que «Priscilla», que tenía trece cambios de ropa, pero el personaje era más acotado. Ahora de las dos horas cinco que dura la obra, yo creo que estoy una hora cincuenta fácil en el escenario sin parar. Me cansa, pero no me cansa, porque es tanto lo que disfruto…
-¿Por qué seguís trabajando tanto?
La vida me parece que es eso para mí. Todo son momentos, en dos segundos pasará «El Hombre de la Mancha», cumplimos 25 años de «Drácula». Cada acción es un momento, lo bello es tener recuerdos.
-Es una apuesta muy grande la que están haciendo, ¿es rentable hoy en la Argentina hacer esto?
La crítica y el público han hecho que sea un éxito comercial, realmente cuando me va mal digo: «Me va como el culo», no tengo pudor en absoluto, no me modifica ni mi calidad ni mi esencia. Empiezan los aplausos finales y si no nos vamos para atrás, siguen y siguen de pie delirando. Creo que no me pasó desde «Drácula» esta sensación con el público.
-Se emociona mucho la gente.
Sí, me lo dicen, se emocionan, yo me emociono, agradezco a la vida, agradezco a mis padres, todas las noches me pongo en sus manos verdad y creo que me contienen bien. La profesión del actor es una ola. Como decía mamá: «Pepe, se sube, se baja, hay que saber subir, hay que saber bajar»
«El Hombre de la Mancha» se presenta de miércoles a domingo en el Teatro Maipo con Pepe Cibrián, Raúl Lavié, Cecilia Milone y gran elenco. Producción: Julieta Kalik, Ángel Mahler y Santiago Zenobi. Dirección Musical: Ángel Mahler. Dirección General: Pepe Cibrián.
Agradecimientos: Romina Sala (peinado y maquillaje)
Fuente: Infobae