En uno de sus últimos posteos en redes sociales, Juan Carlos Carabajal reseñó parte de su trabajo al lado de Onofre Paz, como sólo su mágica pluma podía hacerlo. Reproducimos sus palabra como una manera de reconocer su aporte a la cultura.
«Quiero con estas líneas saludar a mi co autor Onofre Paz, prolífico artista, andador de caminos y compositor genial, que fue distinguido con el diploma de honor del Senado de la Nación, en reconocimiento a los méritos de su carrera creativa.
Ocurrió por iniciativa de los senadores nacionales Claudia Ledesma Abdala de Zamora, José Emilio Neder y Gerardo Montenegro, en un acto en el Salón Azul, colmado de público y de música.
Con Onofre escribimos varias canciones, muchas de ellas surgidas de la evocación de imágenes del interior profundo de Santiago del Estero. En ellas viven colores, aromas y sonidos de esos paisajes inolvidables. «Sinfonía silvestre» es una síntesis de ello.
«Chacarera de mis sueños» es otra creación conjunta que tiene gran presencia en el mundo digital. EScriba el lector ese título en la plataforma YouTube y los resultados serán múltiples: hay grupos catamarqueños, chaqueños e incluso bolivianos haciéndola sonar.
Hay, también, una versión muy linda del propio Onofre, en su disco solista «Sentimiento», que editó el sello Utopía hace años.
«Para los ojos más bellos», un tema cantado por los cantores del país, es otro esfuerzo compartido con el querido compositor nacido en Chaupi Pozo y criado en Gramilla, fundador junto a Leocadio Torres de los eternos Manseros Santiagueños.
«Siembra y labrador» fue otro creación nuestra que sonó en radios y festivales, allá por los años ´90. Al igual que «Chacarera para mi voz», o «Adiós que te vaya bien» (escrita en coautoría con su hijo Martín).
«Soñándote despierto» tiene una buena versión por El Rejunte. La grabamos allá por 2003. Y gustó en la gente, que nos lo hacía saber, aplausos mediante. Hay quien la escuchó, incluso, en la voz de un músico ambulante, subido a un tren del conurbano bonaerense. También allí sonó «Sólo Dios sabe hasta cuándo».
Juan Carlos Carabajal