El gobierno brasileño impuso una primera multa de 250 millones de reales (el equivalente a unos 66,5 millones de dólares) a la empresa Vale, por infracciones relacionadas con la ruptura de un dique minero en Minas Gerais, que según los últimos balances dejó 50 muertos y cerca de 300 desaparecidos, informaron fuentes oficiales.
El ministerio de Medio Ambiente indicó inicialmente que había dado su «autorización para aplicar multas», sin precisar el monto. Más tarde, el ministro Ricardo Salles dijo a la AFPque esa multa «ya se aplicó» y que se elevaba a 250 millones de reales.
Sin embargo, el gobierno de Minas Gerais prepara otra multa, indicó a la AFP un responsable del área ambiental de ese estado.
La justicia de Minas ya había decretado el bloqueo de cuentas bancarias de Vale por un monto de 1.000 millones de reales (USD 265 millones) para resarcir a las víctimas.
«Los implicados en esa tragedia serán castigados de forma ejemplar, todas las medidas judiciales ya se adoptaron, se bloquearon recursos de miles de millones de reales, de manera que el castigo sea lo más riguroso posible», declaró a la prensa el gobernador de Minas, Romeu Zema.
Zema dijo que «se aplicará todo el rigor de la ley» contra los responsables del desastre. «No podemos querer la pena de muerte, porque en Brasil la ley no prevé eso», pero «se hará lo que la ley prevé», declaró.
El volumen de lodo que sepultó las inmediaciones de la mina es bastante inferior a los cerca de 50 millones de metros cúbicos liberados por la ruptura en noviembre de 2015 del dique del Fundao, en el municipio de Mariana, a unos 120 km de Brumadinho.
Esa catástrofe dejó 19 muertos, un balance que según todo indica será muy inferior al que se produjo el viernes. Su impacto ambiental fue, en cambio, devastador, dado que la corriente de residuos llegó hasta el mar a lo largo del Río Doce, surcando dos estados brasileños.
La tragedia
Los bomberos brasileños trabajan este sábado en áreas donde podría haber sobrevivientes de la tragedia, que hasta el momento dejó diez muertos y 354 desaparecidos, aunque no hay precisiones sobre las cifras de fallecidos.
Un vocero de los bomberos informó a inicios de la tarde que todos los ocupantes de un autobús donde había expectativas de hallar personas con vida estaban muertos, sin precisar el número.
Las búsquedas prosiguen ahora en una comunidad, un edificio y una locomotora.
La catástrofe ocurrió cerca de las 13:00 locales (15:00 GMT) del viernes en el municipio de Brumadinho, a 60 km de Belo Horizonte, sepultando buena parte de las instalaciones del complejo Córrego do Feijão, perteneciente a Vale, una empresa gigante del sector minero.
El gobernador del estado, Romeu Zema, dijo el viernes por la noche que las chances de rescatar sobrevivientes eran «mínimas».
Estevo acotó que unos 140 efectivos trabajarán «ininterrumpidamente» buscando sobrevivientes y recuperando los cuerpos sin vida, con lo que las labores «se prolongarán durante semanas para que podamos dar noticias a todas las familias de los desaparecidos».