En medio del Rusiagate, renunció el director de comunicaciones de Trump

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El jefe de comunicaciones de la Casa Blanca, Mike Dubke, presentó su renuncia en medio de crecientes rumores sobre nuevos cambios en el gabinete del presidente Donald Trump, que planea reconfigurar su equipo para afrontar el escándalo desatado por sus presuntos lazos con Rusia, informaron hoy medios locales.

El llamado Rusiagate se agravó al máximo a principios de mes cuando el presidente echó al director del FBI, James Comey, quien lideraba la investigación para determinar si el equipo de Trump se coordinó con Rusia para perjudicar a la candidata del Partido Demócrata, Hillary Clinton, en las elecciones de noviembre pasado.

Además de generar sospechas de que la medida fue un intento de Trump de obstruir la investigación, el equipo de prensa de la Casa Blanca dio tres versiones diferentes sobre el despido, poniendo en evidencia las dificultades que enfrentan los voceros del gobierno para realizar su trabajo.

Después de las contradicciones por el despido de Comey, Trump tiró más leña al fuego al amenazar con suspender las ruedas de prensa diarias de la Casa Blanca, algo que pareció confirmar la falta de coordinación entre el magnate y sus funcionarios.

Hoy, la asesora presidencial Kellyanne Conway aclaró que las conferencias se celebrarán «siempre» y confirmó las versiones de la prensa sobre la salida de Dubke, quien presentó su renuncia el 18 de mayo pero se ofreció a seguir trabajando hasta que el presidente regresara de su reciente gira por Medio Oriente y Europa.

Asimismo, el jefe de gabinete de Trump, Reince Priebus, se refirió a la renuncia de Dubke aunque no brindó detalles sobre la fecha de su salida efectiva, sobre la cual solo existen especulaciones de los medios.

“Apreciamos a Mike y estamos muy agradecidos por su servicio al presidente Trump y a nuestro país”, señaló Priebus en un comunicado en el que subrayó que el joven estratega republicano «se ofreció a permanecer a bordo hasta que concluya la transición», sin dar más detalles.

Trump regresó este fin de semana de una gira de nueve días por Medio Oriente y Europa en medio de rumores sobre sus supuestos planes para hacer algunos cambios en el gabinete que le permitan tomar aire, tras escasos seis meses en el poder en los que el Rusiagate no le ha dado respiro.

El periódico The New York Times informó hoy que varios funcionarios de la Casa Blanca que pidieron no ser identificados aseguraron que esta semana podría haber más cambios dentro del equipo de gobierno, entre ellos el vocero y cara visible del equipo de prensa, Sean Spicer.

El mismo diario transcribió hoy un correo electrónico que Dubke envió a sus compañeros para despedirse.

«Las razones de mi partida son personales, pero ha sido un gran honor para mi servir al presidente Trump y a este gobierno. También ha sido un placer para mi trabajar día a día y codo con codo con el personal de los departamentos de comunicaciones y prensa», dijo Dubke en su breve nota, informó la agencia de noticias EFE.

Mientras tanto, los medios especulan sobre los pasos que podría dar el mandatario republicano para enfrentar los próximos meses.

En las próximas semanas algunos de sus más cercanos colaboradores deberán responder ante comisiones parlamentarias sobre las reuniones secretas que mantuvieron con funcionarios rusos entre noviembre y enero, o sea entre las victoria electoral de Trump y su llegada a la Casa Blanca.

El último nombre que se conoció fue el de su yerno, Jared Kushner, quien se reunió en diciembre pasado con el embajador ruso en Washington, Sergei Kislyak, para establecer un canal secreto de comunicación con el gobierno ruso, según informó el viernes pasado el diario The Washington Post.

La trama rusa ya dejó fuera del gobierno en febrero al ex asesor de Seguridad Nacional Michael Flynn por haber mentido durante su audiencia de nominación en el Senado al ser consultado sobre si había mantenido encuentros con funcionarios rusos durante la campaña electoral del mandatario.

Pese a que el escándalo trepa cada vez más alto en la Casa Blanca, Trump insiste en que las denuncias son un «engaño» y una «mala excusa» de los demócratas para justificar su derrota electoral.

«Los funcionarios rusos deben de estar riéndose de Estados Unidos y de cómo una mala excusa sobre por qué los demócratas perdieron las elecciones domina las noticias falsas», dijo hoy Trump en un breve mensaje en su perfil de la red social Twitter.

Trump ya había criticado «la caza de brujas» que según él estaban haciendo los medios con esa investigación para justificar la derrota de Clinton, cuyos números en los sondeos empezaron a empeorar tras un ciberataque a servidores del Partido Demócrata poco días antes de las elecciones, que según el FBI fue cometido por háckers rusos.

Las historias de espionaje han sido este último año disparador de noticias en Estados Unidos.

Hoy, la cadena CNN afirmó que, antes de las elecciones del año pasado, la inteligencia estadounidense interceptó una conversación en la que espías rusos afirmaban tener información potencialmente «humillante» sobre Trump.

La cadena, que citó a fuentes de inteligencia norteamericanas, agregó que los rusos creían que «tenían capacidad para influir en el gobierno (de Estados Unidos) a través de esa información humillante» referida a cuestiones financieras relativas a Trump.

No obstante, las propias fuentes advirtieron que estas afirmaciones «podrían haber sido exageradas o incluso inventadas», como parte de la campaña de desinformación de Moscú durante las elecciones.

Por su parte, la Casa Blanca criticó estas informaciones «como una nueva ronda de declaraciones falsas y sin verificar hechas por fuentes anónimas para difamar al presidente».

«Parece que no hay límite sobre hasta dónde irán los opositores políticos de Trump para perpetuar esta falsa narrativa, incluida la filtración de material clasificado», señaló la Casa Blanca en un comunicado.

La semana pasada se conocieron unas escuchas en las que funcionarios de inteligencia rusa hablaban sobre como usar al entonces jefe de campaña de Trump, Paul Manafort, y a Flynn, en favor de Rusia.

Esas conversaciones forman parte de la investigación que lleva adelante el FBI para determinar la posible injerencia rusa en las elecciones.

Tras el despido de Comey, el Departamento de Justicia nombró al ex director del FBI Robert Muller como asesor especial para supervisar esa investigación

Fuente: Telam

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