«Mi familia siempre fue disfuncional», empezó a relatar Nacha. En el punto de encuentro, la artista reveló que no conoció a su papá hasta que tuvo 46 años.
De hecho, se enteró el primer día de clases, camino a la escuela, que el hombre que era pareja de su madre no era su papá. Ese fue el disparador de muchas preguntas sin respuestas, como el de la identidad.
«Cuando estuvo la ley de divorcio cuando tenía 10 años, mi mamá se quiso divorciar y yo tenía la ilusión que lo iba a conocer. Cuando se iba, mi mamá le preguntó: ‘¿querés conocerla?’ y él respondió: ‘No, si ni me conoce», reveló.
De gira por Mar del Plata, cuando tenía 46 años, tenía la ilusión de que él aparezca porque él vivía ahí: “Va a aparecer, esta noche va a aparecer. Esta noche va a aparecer”. Y no apareció.
Un lunes, amaneció con fiebre y se dio cuenta de que estaba mal por no conocer a su padre: “La fiebre en general significa un enojo muy grande y una rabia muy grande. Y me di cuenta inmediatamente que era eso», agregó y reveló que llamó a su hermana para que la acompañara hasta la casa del hombre.
Cuando finalmente lo conoció, Nacha le dio una lista de cosas ‘de padre’ que debía hacer y que cumplió: «Le dije que me tuviera en upa, le dije que me llevara a tomar un helado, que me llevara a la plaza. Esta relación termina cuando un domingo voy a almorzar con mi hermana a la casa y cuando nos sentamos a comer el dijo: ‘Te voy a decir que voy a cambiar de nombre este departamento para que no lo vengas a usurpar'», contó.
Fue en ese momento cuando Nacha dejó de tener relación con él y, el día que murió «sintió una liberación enorme».
Fuente: ratingcero