Ricardo Lorenzetti, ex presidente durante 11 años de la Corte Suprema y ministro del máximo tribunal, analizó los desafíos que le plantea la era digital al derecho en el inicio de la 74° Asamblea General de la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP).
En un panel que tuvo como moderador al abogado Gregorio Badeni, Lorenzetti desarolló una serie de ideas en torno a cómo ha ido afectando el avance de la tecnología a los seres humanos.
La primera -analizó- está relacionada con la tensión que genera con respecto a la privacidad de las personas.
– «Advertimos que cualquier niño que comienza su vida y llega a la vida adulta va a tener toda la información personal en la red. Y dentro de unos años puede ocurrir que cuando solicite trabajo le digan que no se lo dan porque tuvo una enfermedad o por una opinión que dio. Todo su mundo va a estar en la red y acá hay un problema claro de la defensa de la privacidad, del dato personal, de la imagen, de la protección de la vida privada, que ha sido algo tradicional en el derecho pero ahora surge en el plano digital».
La influencia en los procesos electorales
– «Otro aspecto es el tema electoral. Todos conocen que se ha discutido si hay posibilidades de influir en las opiniones de las personas cuando toman decisiones en materia electoral. Mucho más grave es si esto se comprueba. ¿Puede haber nulidad de una elección presidencial? Esto sería muy problemático».
La polarización
«La capacidad del mundo digital de generar polarizaciones es cada vez mayor. Todos sabemos hoy que muchas personas cuando visitamos una página web después recibimos recomendaciones similares, páginas similares, información similar. El entrecruzamiento de posiciones diferentes es cada vez menos frecuente. Entonces, las personas empiezan a ratificar lo que piensan y no tienen oportunidad de entrecruzar posiciones diferentes. Esto es un problema de diseño institucional. ¿Cómo se hace para que exista pensamiento crítico en el mundo digital cuando lo que estamos viendo es una disminución del pensamiento crítico?
Noticias falsas
«Las fake news y los trolls, con su capacidad que tienen de agraviar, son otros problemas. Hoy es muy sencillo arruinarle la vida a una persona con noticias falsas o arruinar una imagen empresaria».
«Si yo critico a alguien ahora, inmediatamente recibo una catarata de tuits con injurias de todo tipo alguien tiene contratada. Cuando eso lo hace el Estado o grandes grupos eso puede ser identificado y en la Justicia hoy, aquí y en todo el mundo hay posibilidades de accionar».
«Se puede establecer qué manejos se hace de las bases de datos, quién las maneja, cuál es el régimen de gastos de publicidad, hay muchísimos mecanismos para el control de lo que hacen grupos importantes».
«El ciudadano individual que recibe una crítica falsa tiene hoy acciones para realizar».
La respuesta del derecho
Lorenzetti repasó diferentes legislaciones que han intentado darle una respuesta a los desafíos que plantea el avance de la tecnología. Dijo que las leyes y los jueces van detrás, pero la clave es buscar un punto de equilibrio y trabajar análogamente con soluciones y principios que el derecho ya elaboró para resolver conflictos de la vida diaria.
«Cualquier regulación que sea muy específica va a quedar desactualizada o puede tener efectos adversos a los que el legislador imaginó. Lo que nosotros pensamos es una legislación con principios, que es adaptable», propuso.
Y enumeró que esa legislación debe contener fórmulas claras para defender la libertad de expresión, la defensa de la privacidad, la protección de la imagen y el honor, la protección de la profesionalidad y de la opinión, la protección de la fuente y la defensa del espíritu crítico.
«Lo que es importante entender es que en el derecho tenemos que usar la analogía. Lo que se aplica en el mundo físico es aplicable en el mundo digital. El problema está en la implementación y no hay que confundirse. No es algo distinto», aseguró. Y completó: «Estamos en un contexto nuevo en el que hay que aplicar principios y valores que tienen una historia y han salvado a la humanidad de grandes tragedias».
