Se agota el agua envasada en Tokio por el temor a la radioactividad

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Crédito foto: AP

Los ciudadanos de Tokio han agotado la mayoría de las existencias de agua embotellada después de que el miércoles las autoridades desaconsejaran que los niños beban agua corriente y pese a que este jueves los niveles de radiación cayeron a cotas aceptables.

Las autoridades de la capital repartieron 240 mil botellas de 550 mililitros a las familias de los 80 mil bebés de Tokio (tres botellas por niño) y cinco ciudades cercanas, ante el temor de una contaminación radiactiva.

Las madres, muchas de ellas con sus niños, esperaron pacientemente para recibir un bien que comenzó a escasear justo después del terremoto del día 11 y que con el anuncio del miércoles  ha desaparecido casi totalmente de los estantes en la capital.

La preocupación porque la falta de agua embotellada se agrave en una zona metropolitana con más de 30 millones de habitantes ha llevado al Gobierno a pedir a las empresas embotelladoras que aumenten su producción y a plantearse la opción de importar agua del extranjero.

La atención está puesta en la planta depuradora de Kanamachi, en la que el agua registró el martes una concentración de yodo radiactivo (el isotopo I-131) de 210 becquerel por kilo, superior al valor 100 recomendado para bebés, pero por debajo de los 300 becquerel para adultos.

La alcaldía de Tokio indicó el jueves que el contenido de yodo en esa planta ha caído durante dos días hasta los 79 becquerel.

No obstante, la preocupación por las repercusiones de las filtraciones radiactivas en la central nuclear de Fukushima Daiichi, afectada gravemente por el terremoto y el tsunami del 11 de marzo no han cesado pese a los llamamientos a la calma de la autoridades.

Aunque la planta nuclear se encuentra a unos 250 kilómetros al norte de Tokio y su zona metropolitana, la contaminación radiactiva aumentó por encima del nivel recomendado para niños en las aguas de depuradoras de Saitama y Chiba, en las cercanías de la capital.

Adquirir agua hoy en los supermercados y en las tiendas 24 horas de Tokio era una complicada tarea, pues las botellas han desaparecido de las estanterías, a pesar de que el vocero del Gobierno de Japón, Yukio Edano, volvió a pedir que no se hiciese acopio.

En uno de los 7 Eleven del centro de Tokio se podía leer un cartel que pedía a los clientes no adquirir más de una botella de agua por persona, frente una nevera en la que quedaban como alternativa té, refrescos y otras bebidas no alcohólicas.

En Internet, uno de los medios favoritos para comprar en Japón, este jueves se vendían doce botellas de 2 litros de agua a 18.800 yenes (164 euros), mientras que en el Amazon japonés, un gran almacén virtual, era imposible adquirir agua mineral natural.

Edano reiteró que los niveles de yodo y cesio en el agua corriente de Tokio no suponen un riesgo inmediato para la población y que no hay peligro si se bebe o se toman duchas diariamente.

El vocero, cara visible de la crisis, recordó que se debe analizar la evolución de los niveles de radiactividad y no sólo los datos puntuales de un día, pues, respecto a los datos recogidos durante un tiempo, «se adoptarán las medidas necesarias».

Edano indicó que es posible que se incremente la importación de agua mineral para atajar un problema que es aún más grave en ciudades y pueblos de la provincia de Fukushima, donde los niveles de radiación son muy elevados.

Según el diario Nikkei, algunas empresas de bebidas como Kirin tienen serias dificultades para aumentar su producción de agua mineral, mientras las guarderías almacenan agua embotellada para prevenir la escasez.

Para las madres japonesas, la incertidumbre sobre el posible empeoramiento de la calidad del agua es una gran preocupación, ya que es la base de los  preparados con leche en polvo u otras fórmulas indispensables para la alimentación infantil.

Fuente: EFE

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