Raúl Carranza, simplemente el ‘loco que relata’

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Foto: La Banda Diario

La voz de Raúl Carranza se ha convertido, a través de los años, en una de las más reconocidas dentro del relato deportivo bandeño y su popularidad se acentuó más aún al seguir ininterrumpidamente la campaña del Club Ciclista Olímpico. Es que, según cuentan sus oyentes,  Raúl pone talento, alma, vida y sentimiento.

Un tipo simple, esposo y padre de familia, que a pesar de los duros trances que le tocaron vivir siguió caminando. Aferrándose a ese trabajo, que tanto ama, sueña con relatar al “Negro Bandeño” en tierras extranjeras, porque con ese equipo ya recorrió el país, así lo contó a La Banda Diario en una entrevista mano a mano.

LBD: ¿Cómo surge está pasión por el periodismo, por la locución? 

“En el año ‘91, aún era estudiante y me surgió la posibilidad de trabajar en Radio Bandeña que también era conocida como Caribe, no sé si la recordarán. Me presenté junto a un amigo para hacer un programa y no teníamos la menor idea de cómo hacerlo y sólo contábamos con buenas voces.

El programa ‘Compacto ‘96′ era musical, tratábamos sobre la historia de La Banda, pero teníamos una contra iba de tres a seis de la madrugada de lunes a viernes. Nosotros decíamos quien nos va a escuchar, encima la radio no tenía teléfono así que no sabíamos si teníamos o no oyentes”

LBD: Y después de esa experiencia de trasnoche…

“Llegó ‘Sentimiento latino’ un programa que iba a la siesta hasta que Raúl Rodríguez me propone transmitir fútbol y yo le digo que sí. El 27 de Abril de 1991 ya se jugaba la Liga Santiagueña, el primer partido que transmití fue Central Argentino-Villa Unión (el clásico chico)”.

LBD: ¿Cómo fue esa primera transmisión?

“Al principio sin nervios; aunque después empezaron porque tenía un listado de nombres escrito con letras enormes y para relatar debía utilizar la memoria visual. En ese momento yo no tenía ni la más remota idea de lo que era; y salí del paso nombrando a los jugadores por los números por ejemplo la toma Central Argentino del cinco para el cuatro. El que me llevó a relatar colaboró para que yo no me ponga nervioso, él me decía seguí, seguí, que vas bien”.

LBD: ¿Antes habías estudiado periodismo o locución?

“Estuve un tiempo muy corto en la carrera Técnico Profesional de la Voz, en la Escuela Nicolás Segundo Genero donde aprendí muchas cosas y después a eso que había aprendido lo reforzaba con lo que veía y con lo que escuchaba a otros. Me preocupa en escuchar a otros relatores y aprender lo mejor de cada uno”.

LBD: ¿Quién fue tú maestro?

“Escuchaba mucho a Gustavo Vergara en Radio Nacional, hace un tiempo tuve la oportunidad de conocerlo en Córdoba, es un tipo encantador; fue un maestro y un espejo en el que quise reflejarme”.

LBD: ¿Transmitiendo algún clásico recibiste algún insulto?

“Gracias a Dios jamás. Me siento un tipo respetado por mucha gente, he relatado innumerables clásicos y no sé si por ser desconocido no me decían nada, porque igual los hinchas paran la oreja y están atentos a todo lo que puedas decir.

He tenido la posibilidad de trabajar con Lito Argañaraz, Juan Manuel Martínez tipos polémicos, pero al verme con ellos nunca trataron de involucrarme en esos temas”.

 LBD: ¿Con los jugadores o los técnicos, tuviste algún roce?

“En el fútbol jamás me dijeron porque dijiste tal cosa, y además soy un tipo que me dedico a relatar; a contar; y no me interesa lo que puedan hacer de sus vidas privadas (en referencia a los jugadores). Solo me importa lo que hace dentro de la cancha, si rinde o no; y si no rinde trato de no ser agresivo, porque puede tener una mala noche y mañana mejorar.

No soy amigo de ningún jugador, creo que no es bueno ser amigo de los jugadores siempre he tratado de conservar esa distancia, los respeto como profesionales”.

LBD: ¿Cuándo fue tú primera transmisión de básquet?

“Fue en el año ‘95 en Radio Fantástica; junto a Oscar Gómez, un tipo que había tenido experiencia en LV11 como productor me dijo que íbamos a producir básquet. Comenzamos con la Capitalina, íbamos por todos los estadios y yo ya estaba más pícaro”.

LBD: ¿Cómo surge la idea de seguir la campaña del Olímpico?

“Me siento identificado con el club, integro un equipo deportivo en la radio Satelital que también lo hace y trabajamos con la satisfacción de ser el único medio que los acompaña a todos los puntos del país donde juega. Por ello estamos obligados a dar lo mejor, porque sabemos que el hincha del ‘Negro’ nos están escuchando”.

LBD: ¿Sos hincha del Olímpico?

“Soy hincha de Olímpico, lo que hablo en la cabina lo digo con el corazón y trato de que no me ’salga la cadena’. Así como muchas veces me enojo cuando no salen las jugadas, critico siempre en el marco del respeto al jugador.

La primera y única vez que me ’saqué’ fue precisamente en el último partido con Quimsa, estaba furioso con el jugador Satterfield a quién públicamente le pido disculpas. Dije que no sentía la camiseta, pero fue en un momento de exitismo”.

LBD: ¿Es difícil ser objetivo?

“Creo que soy objetivo, he viajado con el Olímpico por tres temporadas, la comisión directiva me cedió un lugar en el micro para poder trasladarme. Debo reconocer que ellos nos dieron una enorme mano por que los costos son altos; pero nunca jamás las autoridades me presionaron para que yo diga determinadas cosas. Si he tenido que criticar lo hice con altura”.

LBD: Anécdotas debes tener un montón…

“Tuve y tengo el placer de conocer mucha gente de afuera a la que trato como si fueran mis hermanos. Creo que una de las anécdotas malas fue cuando el club me dejó de llevar en el micro por disposición del entrenador García. Otra fue una experiencia fea y linda; el año pasado, en los últimos tramos del TNA se jugaba un partido en Esperanza y se hacía difícil viajar por los cortes de rutas. Yo tenía el pasaje en la mano, pero iba a ser imposible regresar, entonces alguien del micro me dice ‘vienes con nosotros’; gracias a la complicidad de los choferes viajé en su cucheta para poder llegar a La Banda; estuve siete horas escondido en ese lugar”.

Si bien pareciera que el mundo de Raúl gira alrededor del deporte, quienes lo conocen saben de su fanatismo por su familia. Está casado desde hace 15 años con Daniela Elizabeth Rojas, con quien tuvo tres hijos, Tamara Micaela (12 años), Lourdes (a la que Dios decidió llevar cuando necesitó de un ángel) y Lautaro Nicolás (5 años).

LBD: ¿Cómo se combina tu trabajo con la familia?

“Mi mujer me entiende, no mucho, mis hijos lo comprenden, pero suelo recibir reclamos del más chico porque viajo mucho. Uno trata de compensarlo a través del teléfono, llamo permanentemente, pero me siento un tipo dichoso porque hago lo que me gusta.

Sé que en el fondo ellos están felices y orgullosos. Vaya por donde vaya escuchan la radio y el que habla es papá; para mi es importante que mis hijos reconozcan mi laburo”.

LBD: ¿Has pensado en la posibilidad de relatar un partido de trascendencia y dentro de la formación nombrar a un tal Lautaro Carranza (su hijo)?

“Sería un sueño, que locura. Actualmente asiste a la escuela de básquet de Olímpico, pero Dios y el tiempo dirán que va a elegir en el futuro. Por ahora se divierte jugando y al mismo tiempo se coloca mis auriculares para relatar”.

LBD: ¿Por qué crees que la gente te sigue?

“Porque soy un tipo que siente y ama lo que hace, soy muy directo y no me dejo presionar con nadie”.

LBD. ¿Qué partido recuerdas más?

“Recuerdo el ascenso cuando le ganamos a Unión de Sunchales para mi fue algo inolvidable; el otro fue cuando le ganamos a Villa Luján en La Banda era una noche de junio muy fría que se llenó el estadio; la radio siempre estuvo presente así haya dos personas; fue una noche emotiva”.

LBD: ¿Cómo te definirías?

“Un apasionado, me apasiona todo lo que hago y me duele mucho cuando no puedo hacer o concretar algo. Me levanto todas las mañanas por mi familia y por mi laburo. Las cosas más importante para mi son mi familia y el trabajo”.

LBD: ¿Cómo crees que te nombra la gente?

“Seguramente dicen ahí va Raúl Carranza: El loco que relata”.

 

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