Adopción

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Foto: La Banda Diario

Una tarde de verano, hace algunos años, cuando tenía a cargo la corresponsalía de La Banda, me fui a la estación, solamente a comprobar cuánto de verdad tenía la aseveración que les atribuye emanaciones ferroviarias a los hermanos del otro lado del río. Llevé a dos amigos, nacidos y criados a metros del Canalito y me acerqué con ellos a una vieja máquina abandonada en la estación. E inicié el procedimiento que detallo a continuación.
Primero olí un bandeño.
Luego la máquina.
Olí al otro bandeño.
Y después la máquina.
No despedían el mismo olor. Eso que me trepé a la locomotora y todo, para hacer que el experimento fuera más científico. Es más, llegué a comprobar que de uno de los bandeños emanaba olor a ajo, porque la noche anterior había comido milanesas. Pero no les hallé el más mínimo perfume que tuviera algo que ver con el tren. La experiencia fue repetida en un vagón y en plena vía, cerca de San Ramón. Y nada.
Por lo que estoy en condiciones de asegurar que se trata de una patraña urdida para desacreditar a quienes tuvieron la suerte de nacer en los pagos de los Carabajal, el mercado Unión y sus maravillosos sánguches de milanesa, el Centro Recreativo, la parrillada San Martín.
No existe la envidia, es el diablo, suele decir con razón Chito Martínez, bandeño por adopción.
Por eso, reivindiquemos aquí los pagos del recordado sonetista Ricardo Dino Taralli, el estudioso y catedrático de la lengua quichua, Domingo Bravo, y el compositor y folklorista Julio Argentino Jerez que, aunque no eran bandeños de nacimiento, eligieron esta orilla del río para observar la Cruz del Sur, las Siete Cabrillas, las Tres Marías.. Desde sus casitas bajas, sus patios solariegos, jardines con malvones, la mesa familiar.

Agendando una juntada. En lo de Ramón.

Autor: Juan Manuel Aragón

Fuente: http://juanaragon.blogspot.com/

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