Cuerpo de Bomberos Voluntarios, la historia

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(Foto colección Ariel Kriscautzky)

Los primeros directivos de la institución en laAbelarda, la primera autobomba con la que contaron los bomberos bandeños. (Foto colección Ariel Kriscautzky)
A comienzos de la década del 70, La Banda había experimentado un importante crecimiento poblacional y surge la necesidad de que se cuente con un Destacamento de Bomberos, a fin de que pueda asistir a la comunidad en caso de emergencias.
Por ese entonces había una sola vía de comunicación con la ciudad Capital, el puente Carretero, por ello ante un siniestro debían venir los Bomberos de la Policía y en muchas ocasiones tardaban demasiado en llegar.
Por diversos motivos, la formación del destacamento quedó trunca y en 1972 el Centro de Comercio e Industria bandeño tuvo la iniciativa de conformar la denominada “Comisión de Ayuda al Cuerpo de Bomberos”, que obtiene la primera Personería Jurídica el 20 de Enero de 1973 que lleva el Nº 5.
Aquella comisión estaba presidida por don Víctor Numa y también la conformaban: Federico Sisalli, Elio Edgardo Falco, Guillermo Orisber, Antonio Eugenio García, Carlos Ruiz, Saúl Kriscautzky, Héctor Catálfamo, Luis Simón, Marcelo Enrico, Lucio Taboada, Juan Taleb, Eduardo Villagrán y José Siufi.
Las primeras gestiones realizadas por la Comisión de Ayuda fueron la obtención de un terreno para construir el cuartel, la adquisición de una autobomba y comienzan a brindar el servicio a la comunidad.
La organización de esta importante entidad estaba en marcha y el 15 de abril de 1977 se le otorga una segunda Personería Jurídica Nº 469, oportunidad en la que se cambia la denominación a “Cuerpo de Bomberos Voluntarios de La Banda”, cuyo primer jefe de Cuerpo Activo fue el cabo Carlos Melín, quien fue trasferido desde la Capital provincial.
“La Abelarda”
La primera autobomba con la que contó el Cuerpo de Bomberos era de marca Internacional y modelo 46, a la que denominaron “La Abelarda”.
Según narra la historia, esta autobomba no funcionaba, de todos modos la trajeron a La Banda y en un galpón, ubicado en pleno centro, comienzan a repararla.
Prácticamente, la desarmaron y solicitando la colaboración a distintos comercios del medio, se consiguieron los repuestos y cada uno de los elementos necesarios para ponerla en marcha.
“La Abelarda” tenía una capacidad de 1.000 litros, contaba con alta presión, compartimentos y espacio para llevar una escalera de madera doble extensible.
Por aquellos años se podían trabajar con líneas de 63 mm. y contaba con lanzas tradicionales de chorro pleno. Las mangas utilizadas no poseían forro interior (eran textiles), por lo que al pasar el agua, ésta hinchaba el tejido y permitía que no pierda el líquido.
Al principio se cubrían sólo incendios y en varias oportunidades en que los bomberos llegaban al lugar del hecho en “La Abelarda”, la gente se reía, sin embargo con el tiempo y trabajo de por medio, los Bomberos Voluntarios demostraron que el verdadero objetivo era brindar servicio y asistencia, para ello se preocuparon en capacitarse y mejorar día a día, obteniendo de esa manera el respeto que se merecían

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