Pablo Raúl Trullenque

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Nació el 13 de enero de 1934 en Santiago del Estero. Su padre murió cuando el tenía sólo 4 meses. Trabajó como lustrabotas, vendedor de diarios y más tarde ayudante de sastre, oficio que le permitió ganarse la vida.

Aún huérfano de padre, supo elegir bien un “padre” para su obra, un “padre” como Julio Argentino Jerez que lo marcó en la filosofía de su escritura e iluminó el camino que Trullenque supo recorrer desde muy abajo.
En 1957 se mudó a Buenos Aires.

Su labor de cantante y compositor lo hicieron merecedor de varios premios y honores entre los que se destacan: el Premio “Cóndor” y el título de Ciudadano distinguido de Santiago del Estero. También fue declarado Ciudadano Ilustre por la Legislatura provincial de Santiago.

Sus letras tienen la frescura y la fuerza del monte. Fuerza que condena a quienes no respetan al hombre y a los bosques. Frescura que es canto a la vida, y nostalgia a la tierra está lejos.

La trayectoria de Trullenque se parece mucho a un verso que él mismo escribió: “Vivir es no conformarse”.

Quizás uno de los principales aportes que Trullenque hizo a nuestro folclore fue el crear conciencia acerca de la importancia de la tierra nativa, de lo nuestro. Sin ser un intelectual inculcó mediante sus versos el amor por lo propio y habló del dolor que produce alejarse de los pagos, de esta forma creó toda una filosofía de valores que se fundan en la persona y en el paisaje.

Su noción de pertenencia era tan profunda y tan honda que no escuchaba a quienes hablaban de la gran “aldea global”, sencillamente porque jamás olvidó su Santiago natal y estaba convencido de que su tierra chica “era todo”; o de que aquí “estaba todo representado”.

Tenía 66 años cuando falleció en la ciudad de La Banda, el 5 de setiembre de 2000.

SI ACASO OTRA VEZ NACIERA QUE EL MISMO VIENTRE ME GESTE Y DE LA MISMA SIMIENTE BROTE CANTANDO A LA VIDA Y SEA MI TIERRA COBRIZA EL LUGAR DONDE DESPIERTE. HARIA LOS MISMOS CAMINOS QUE HASTA EL AMOR ME ARRIMARON, PERO ESOS QUE ME ALEJARON DE MIS ASOMBROS DE NIÑO Y DE MIS MUERTOS QUERIDOS, NO VOLVERIA A TRAJINARLOS». PABLO RAUL TRULLENQUE, POETA SANTIAGUEÑO.

Entre a mi pago sin golpear

 

(Pablo Raúl TrullenqueCarlos Carabajal)

 

Fue mucho mi penar
Andando lejos del pago
Tanto correr
Pa’ llegar a ningún lado
Y estaba en donde nací
Lo que buscaba por ahí.

Es oro la amistad
Que no se compra ni vende
Solo se da
Cuando en el pecho se siente
No es algo que se ha de usar
Cuando te sirva y nada más.

Así es como se dan
En la amistad mis paisanos
Sus manos son
Pan, cacho y mate cebado
Y la flor de la humildad
Suele su rancho perfumar.

La vida me han presta’o
Y tengo que devolverla
Cuando el creador
Me llame para la entrega
Que mis huesos, piel y sal
Abonen mi suelo natal.

La luna es un terrón
que alumbra con luz prestada
Solo al cantor
Que canta coplas del alma
Le estalla en el corazón
El sol que trepa por su voz.

Cantor para cantar
Si nada dicen tus versos
¡Ay! Para qué
Vas a callar al silencio
Si es el silencio un cantor
Lleno de duendes en la voz.

Mi pueblo es un cantor
Que canta la chacarera
No ha de cantar
Lo que muy dentro no sienta
Cuando lo quiera escuchar
Entre a mi pago sin golpear.

Fuente: http://www.aleroquichua.org.ar/

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