Un laboratorio fue clausurado y sus autoridades procesadas luego de descubrirse que la institución desmembraba cadáveres para luego vender cada parte de forma ilegal. La gravedad del caso aumentó incluso tras los allanamientos, ya que la policía descubrió que en las instalaciones se ‘construían cadáveres’ con los restos que encontraban.
El caso tiene en el centro de la escena al denominado ‘laboratorio del doctor Frankenstein’, así el nombre que recibió el Centro de Recursos Biológicos de Phoenix, Arizona, en Estados Unidos. La situación sobre tráfico de cadáveres era conocida por autoridades como el FBI, que los investigaban desde hacía varios años, pero esperaban la situación propicia para dar con los responsables.
El laboratorio recibía cuerpos humanos que eran donados por sus familiares con fines científicos, pero las sospechas de prácticas inhumanas sobre los restos fue tan grande que a fines de julio se dispuso el allanamiento de las instalaciones. Para sorpresa de la policía y familiares, comprobaron que en el lugar se mutilaban los cadáveres y los restos eran vendidos dentro de un circuito ilegal.
Allí encontraron baldes llenos de cabezas, brazos y piernas, congeladores con genitales masculinos y varios miembros de personas distintas cosidos entre sí. Los cuerpos no tenían etiquetas ni identificaciones de ningún tipo, según lo detalló TN. Además se supo que una cabeza ‘valía’ 500 dólares y una pierna 1.100. Por su parte, un brazo, lo ofrecían por 750 y un cuerpo entero podía cotizar hasta 5.000 dólares.
Según lo reportaron medios locales, Stephen Gore, propietario del lugar, quedó detenido y su laboratorio fue clausurado.
Los Andes
