Jorge Rial lanzó "Yo, el peor todos", la autobiografía que conmueve a la farándula

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Seguramente así querría Jorge Rial que sus entrevistados se entregaran en una entrevista, por completo, dando lujos de detalles y sin importar las cámaras y los micrófonos. Que sus relatos conmuevan a los espectadores con sus vivencias, con las más felices, pero también las más crudas, las que pueden generar vergüenza al ser contadas.

Sin embargo esta vez no estamos hablando de un actor, una vedette o un cantante que cuenta sus dramas o hasta sus miserias en Intrusos, sino que es el propio conductor el que habla. Sin cassette, sin frases hechas y, según parece, sin pensar en el qué dirán o cómo podría quedar su imagen frente al lector al terminar el libro.

«Yo, para algunos, soy el peor de todos. El mafioso, el apretador. El que se caga en todo el mundo. El que hace periodismo basura. El que se mete en la vida privada de los demás pero al que no le gusta que hagan lo mismo con la suya. El que se enganchó con una pendeja refuerte porque está lleno de plata y de poder… El que es capaz de hacer cualquier cosa por medio punto de rating… El que echó a su amigo Ventura porque es un hijo de puta que no tiene corazón… El que no se arrepiente de nada»… Este fragmento es parte del prólogo de «Yo, el peor de todos», y de alguna manera marca lo que será el libro, escrito por alguien que explica lo que vivió, que relata sus experiencias, pero que está dispuesto a hacerse cargo.

¿No hubiese sido más sencillo contar historias de otros?¿Cuántos hubieran comprado el libro si, en lugar de su historia, hubiera contado lo que sabe de Susana, Tinelli, Mirtha o la Presidente de la Nación? De alguna manera Rial eligió hablar de él porque siente la necesidad de contar quién es en verdad el hombre que parece indestructible desde su programa de televisión, la radio o Paparazzi.

¿Y qué tiene para contar un conductor que vive una vida acomodada, que está en pareja con una diosa mucho menor que él, que viaja cuando quiere adonde quiere y cuyo trabajo es hablar de chimentos como quisiera cualquier vecina de barrio? Historias conmovedoras y cautivantes es lo que sobra. Porque como decía la exitosa novela de Verónica Castro, «Los ricos también lloran».

El libro está dividido en cuatro partes. En la primera, titulada «A corazón abierto», cuenta cuál fue el quiebre de su vida. El momento que sintió que se moría y que lo hizo reaccionar. No fue de pequeño, ni cuando sentía carencias económicas, sino tal vez en su momento de mayor éxito profesional. Allí relata crudamente cómo fue el final de su relación con su ahora ex mujer, Silvia D’Auro.

«¡Andate de acá! ¡No te quiero ver más! ¡Divorciémonos! ¡Me quiero separar de vos!», le gritó en una oportunidad su esposa, tras una feroz pelea, en la casa que tenían en el country de San Carlos. No era la primera vez que le decía eso, pero que en aquel octubre de 2011 marcaría el final definitivo de la relación. Así fue que luego de hablar con sus hijas, Rocío y Morena, tomó el bolso que nunca había desarmado tras un difícil viaje familiar a Nueva York, que es detalladamente relatado en el libro, y se mudó a otro departamento que tenían en Belgrano.

Rial cuenta también que la mamá de las nenas nunca las quiso. Incluso que Silvia llegó a decirle a Morena: «Si te seguís portando así te voy a devolver a la villa de donde te saqué». Como es de público conocimiento, por la propia palabra del conductor de Intrusos, tanto Rocío como Morena son adoptadas. A ningún guionista, por más imaginación que tuviera, se le ocurriría poner esa frase en boca de algún villano de sus ficciones.

Esa primera parte del libro, dividida en 4 capítulos, relata también los problemas de salud de una de sus hijas y, más adelante, admite la importancia que tuvo el psicoanálisis en ese momento tan difícil. «Me salvó la vida», confiesa el conductor, que solía dudar de la eficacia de estos tratamientos.

«Yo conozco el poder» se llama la segunda parte del libro, y que se enfoca más en su relación con los hombres y mujeres más poderosos del país. El Papa Francisco, Cristina Fernández de Kirchner, Julio De Vido, Cristóbal López, Marcelo Tinelli, Jorge Lanata, Carlos Zannini, Sergio Massa, Mauricio Macri, entre otros. Allí, con lujo de detalles, cuenta la cocina de las negociaciones más importantes entre los medios de comunicación y la política. Con nombres propios y cifras. Conductores, productores, funcionarios y candidatos a presidentes entrelazados en una disputa por sacar el mayor rédito personal.

«¡Eh, viejo! ¿Cuándo me van a pagar las 600 lucas verdes que me corresponden?», le espeta Rial a uno de los hombres más poderosos de la Argentina. ¿Por qué fue? ¿Qué tiene que verLeonardo Fariña en esa operación? ¿Cuál fue la respuesta? Ese capítulo 7 relata el trasfondo de la entrevista que le hicieron en Intrusos al ex marido de Karina Jelinek, tras la investigación deJorge Lanata en periodismo para todos.

En la tercera parte, dividida en 6 capítulos, Rial cuenta «Los secretos de la televisión». Allí habla de Diego Maradona, Mirtha Legrand, Lucho Avilés, Gerardo Sofovich, Susana Giménez, Diego Gvirtz, Daniel Tognetti, y el día que lo llamaron, el mismo día Canal 13 y Telefe para sumarse a sus respectivas pantallas. Él estaba en América y ganaba 7500 dólares. ¿Cuánto le ofreció cada canal y por qué eligió finalmente la propuesta de Tinelli para ir al canal que comandaba Gustavo Yankelevich? Todo eso está contado en el primer capítulo de esa tercera parte.

Además relata una de las peleas más bravas que tuvo con alguien del medio: «Escuchame cagón, ¡cagón!, ¿sabés una cosa? ¡Y escuchame bien lo que te voy a decir, cagón! Te quiero recontra cagar bien a trompadas. ¿Entendés? Resolvamos esto como dos hombres, bajemos y caguémonos bien a piñas, ¡cagón!», fue el prólogo de discusión con el periodista con el que Rial estaba enfrentado. Aquel enfrentamiento continúa hasta el día de hoy, con amenazas, y según parece aún no encontró su final.

La última y cuarta parte del libro, que contiene 389 páginas, se llama «Esta es mi vida» y, en el primero de los 3 capítulos, cuenta cómo es su relación con Luis Ventura, qué lo llevó a pedir que se fuera de Intrusos.

«Luis, necesito hablar con vos. Vamos para mi camarín. Te pido por favor que des un paso al costado». De esta manera comienza la charla entre Jorge y Luis, que incluye detalles de la relación que Ventura tuvo con Fabiana Liuzzi y el famoso pedido de aborto.

En el segundo capítulo Rial cuenta cómo fue el episodio policial que lo tuvo como protagonista y en el que se enfrentó a dos hombres que habían insultado a sus hijas y a su pareja, Mariana Antioniale. En aquel caso hubo denuncias de golpes y hasta cuchillazos.

«Estos hijos de puta me la quieren poner. Y si no me muevo rápido, me la van a terminar poniendo», esbozó Rial apenas cortó con su abogado, luego de la pelea callejera que había mantenido minutos atrás.

Finalmente el último capítulo, «El amor de mi vida», está dedicado a Mariana Antoniale, quien saltó a la fama como «La niña Loly» y que se transformó en la mujer más importante en la vida de Rial. Allí relata cuándo comenzó la relación, cómo se lo contó a sus hijas y de qué manera fue creciendo el noviazgo. Además cuenta cómo fue el momento más complicado que les tocó vivir, tras las denuncias que le hizo la ganadora de Gran Hermano, Marianela Mirra, y que casi terminan con la pareja.

«Pasamos por semanas de angustia, de tristeza, de mucho dolor, pero también de mucho enojo, porque la gente empezó a decir cualquier cosa», escribe Rial, describiendo aquellos días.

Yo, el peor de todos tiene 4 partes, 19 capítulos y una infinidad de historias atrapantes. Escritas por uno de los conductores más polémicos de la televisión, «a corazón abierto», como el propio Rial dice en el prólogo y de una manera «brutal, honesta y descarnada».

Porque esta vez Jorge Rial no fue un intruso, sino el protagonista de su propia historia.

 Ariel Wolman/Teleshow

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