La venta callejera ilegal crece mes a mes en la Ciudad de Buenos Aires, y durante octubre facturó 216 millones de pesos, lo que representa un crecimiento del 16% en la actividad respecto de septiembre, de acuerdo con un relevamiento de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME).
Durante el décimo mes del año se detectaron 1.363 puestos más que en el mes anterior, que vendieron 3,4 millones de pesos por día. En total, existen 7.400 puestos fijos en distintas zonas de Buenos Aires, según publicó el diario Clarín. La indumentaria es el rubro más destacado, concentrando el 75% del monto total de las ventas.
A su vez, en octubre se registraron 44 ferias informales en predios, denominados saladitas, dos más que durante el mes anterior, con una facturación de 4.700.000 de pesos diarios, lo que representa $125 millones mensuales.
La zona más ocupada es la avenida Avellaneda entre el 2500 y el 4000, que concentró el 30% del total de los puestos callejeros de la Ciudad. También se registraron importantes niveles de actividad en Once, Liniers y la calle Florida.
Desde el Gobierno de la Ciudad no encuentran la solución a la situación y resaltaron que necesitan ayuda de las fuerzas de seguridad, y si bien la Policial Federal no colabora tampoco lo hace la Metropolitana.
El ministro de Espacio Público, Diego Santilli, explicó al matutino que sin auxilio policial, todo es muy difícil. «De los 25 inspectores que tengo para la calle Florida, 20 fueron heridos. El último fue agredido con un martillazo en la cabeza, el 21 de septiembre», dijo a Clarín.
En ese sentido, el titular de CAME, Osvaldo Cornide, sostuvo que da vergüenza la impunidad con que llevan adelante la venta ilegal y las acusó de «mafias» que mueven importantes sumas de dinero, no solo en la Ciudad sino en todo el país.
Además, el dirigente remarcó que la actividad estuve prohibida a fines de la década del ochenta, durante las intendencia de Facundo Suárez Lastra, pero por razones de subsistencia la legislatura la permitió en el año 2004, «lo que es un grave error porque es prácticamente imposible interpretar cuándo es venta de subsistencia y cuándo hay una organización importante detrás», agregó.
