Martínez Ossola: «La misión realizada es el punto de partida para echar la semilla»

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Este viernes, después de una intensa semana de trabajo pastoral, culminó la Misión Bandeña que se desarrolló en los barrios Mama Antula y 25 de Mayo 540 Viviendas. En la oportunidad estuvo presente monseñor Enrique Martínez Ossola quien no dudo en afirmar que el protagonista siempre es el pueblo de Dios.

En diálogo con LA BANDA DIARIO el pastor santiagueño comentó, «la misión que se ha desarrollado en este barrio es el punto de partido para ir echando la semilla. Se trabajó en una barriada con muchos matrimonios jóvenes, con mucha gente joven, donde es importante la presencia de la iglesia animando, encontrándose para compartir la vida, ilusiones, esperanzas. Por ahora se juega, se baila, se canta, pero es ir echando las bases para ver que podemos ir caminando juntos».

Por otra parte monseñor consignó, «debemos salir de nuestra comodidad, salir al anuncio y descubrir que todos somos capaces de compartir, de vivir. Como obispos no hicimos gran cosa físicamente, simplemente alentar, bendecir esta tarea que fue llevada adelante por los jóvenes, laicos, las religiosas y los padres Gastón, Carlos que están detrás de todo esto».

Martínez Ossola manifestó que la comunidad del Mama Antula no tiene párroco, «pero recibe con alegría la presencia de todos los que venimos a compartir y formar una verdad comunidad a partir de esta experiencia misionera».

En relación a la importancia de acompañar, en estos tiempos a las familias, con la Palabra el prelado consideró, «si no servimos para enfrentar las situaciones qué somos. Si la sal pierde su sabor qué pasará.  Jesús nos dice tienen que ser sal, luz, fermento».

«Y esto no habla de un personalismo, porque a veces la política genera personajes que se transforman en indispensables, si yo no estoy no pasa nada. Nadie elogia la sal de una comida, pero andá a comer una ensalada sin sal», agregó.

Ossola afirmó, «nosotros no caminamos mirando la luz, las lámparas porque nos encandilaríamos, más bien nos dejamos bañar por la luz. Cuando comemos un pan casero no decimos que buena está la levadura, decimos que rico pan. La sal, la luz, el fermento, la levadura tienen que estar, pero no son los protagonistas, los protagonistas siempre es el pueblo de Dios».

Finalmente monseñor expresó, «las maravillas lo podemos ver en la gente que se reúne en paz, en alegría, en gozo, no necesitamos de alcohol, ni de drogas simplemente el anuncio de un Jesús que nos lleva a salir de nosotros y compartir la vida».

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